PRIVILEGIADOS.


Arturo Miranda Montero

Zamarripa no importa más que lo que sus responsabilidades personales le impliquen. A ver qué guapo se las restriega.

Lo que a los de a pie nos atosiga es que existen actuando personas que están excluidas de la ley.

Para evitar que los que delinquen se salgan con la suya, es que se inventó el ministerio público encargado de velar por la sociedad agraviada por los delitos. El gravísimo problema es que no sirve para eso hoy.

Puede irse el fiscal y llegar otro, pero si no se resuelve el nudo gordiano que es el ministerio público nada esperemos.

Delito tras delito, nomás se nos dice que se investiga, que se abren carpetas y luego, el silencio. Un escándalo –ya se sabe- oculta al otro.

Como dice un sicario: si nomás porque haces pancho se sigue el caso, que si no, sábana blanca, enfriar el asunto y a gozar el dinero.

La empresa de la muerte tiene en Guanajuato en la grandeza de la muertefactura. Y nuestro ministerio público no ha servido para evitarlo. Ese es nuestro drama.

Dice Zamarripa que él y sus seis mil allegados no pueden ser ofendidos. No, no se trata de eso, se trata de que no supieron, no quisieron o ni siquiera intentaron construir el ministerio público que necesitamos. Si ha habido colusión u omisión, los resultados son sangrientos.

Ya sabemos que del gobierno de la 4t nada se espera de colaboración. No le van a hacer el caldo gordo al panismo. Pero seguirle por el mismo caminito de excluir a los criminales de la ley…


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