Rector quema naves y confronta a UG con el panismo; *Panistas de Guanajuato presionan a Marko Cortés; *Bárbara Botello regresa al activismo opositor desde Morena
1.- Heredará Agripino una ruptura entre UG y gobierno estatal

Ilustración: Pinche Einnar
Probablemente lo que más mal le ha sentado al panismo gobernante de Guanajuato no es la intención de Luis Felipe Guerrero Agripino de heredar una sucesora y tratar de generar un cacicazgo al interior de la Universidad estatal, sino su abierto acercamiento a Morena en busca de una palanca que le permita desafiar al establecimiento azul.
No puede explicarse de otra manera la muy abierta disposición del Congreso del Estado a intervenir en temas universitarios durante las últimas semanas con iniciativas opositoras pero también con el abierto beneplácito de la mayoría panista.
Los exhortos a transparentar el proceso de sucesión y a tomar en cuenta criterios objetivos para calificar a los aspirantes pueden caer incluso en un injerencismo atentatorio de la autonomía universitaria, sin embargo, justo es decir que ese tono lo ha propiciado el propio Guerrero Agripino con un manejo despótico, ultra centralizado y opaco de las decisiones al interior de la UG.
Los puntos de acuerdo aprobados en el Congreso no hubiesen sido viables sin el beneplácito desde el Poder Ejecutivo y concretamente desde la jefatura de gabinete que encabeza Juan Carlos Alcántara.
De la misma manera no podría explicarse una recomendación exprés de la procuraduría Estatal de los Derechos Humanos, a cargo del panista Vicente Esqueda Méndez, que condenó la maniobra agripinista de tomar el periódico Correo para exigir de facto un derecho de réplica que en realidad encubría una maniobra intimidatoria y lesiva del ejercicio de la libertad de expresión, además de constituir el delito de allanamiento de morada.
Cualquiera que haya presentado una queja en la PRODHEG de Esqueda sabe que la media para obtener una resolución de recomendación o no recomendación, se establece en años, ni siquiera en meses.
Esta vez, no fue así: una inusitada prisa agilizó los lentos mecanismos de la procuraduría y a 4 semanas de los hechos denunciados y un poco menos de la presentación de la queja, el Ombudsperson emitió una recomendación contundente que ordena al rector general de la UG pedir disculpas públicas al diario estatal y a su personal, iniciar una investigación que deslinde responsabilidades administrativas e informar de la resolución a todos los funcionarios que participaron en la misma.
Qué diferencia con aquella resolución de Gustavo Rodríguez Junquera en 2017, cuando después de dos años de “investigación” emitió una recomendación absolutamente teórica sobre el caso de Julio César Kala y su ataque sexual a una becaria, pidiendo a la UG que creara protocolos de violencia de género y que investigara por su propia cuenta el incidente, lo cual resultó en un procedimiento exculpatorio y casi reivindicativo del académico violentador.
Mucha agua ha pasado bajo los puentes y Rodríguez Junquera sigue siendo cercano de Agripino como lo muestran los encuentros académicos en los que coinciden, uno de ellos este mismo fin de semana en Irapuato, al que por cierto estaba invitado también Vicente Esqueda pero del que se disculpó tras la emisión de su recomendación contra la UG.
Lo que sí ha cambiado es el ánimo desde el palacio de Gobierno de Guanajuato hacia el protagónico rector, que no sólo ejerció un rutilante liderazgo absolutista, que prefirió invertir dinero en pompa y boato en detrimento de la calidad académica de la institución y que concluye su mandato envuelto en una sórdida pelea de barriada, para tratar de imponer una sucesora que le proteja en su travesía del desierto.
Será interesante saber que piensan de la recomendación contra el estamento dirigente de la UG, encabezado por el rector, los miembros de la Junta Directiva universitaria, sobre todo los dos externos: Luis Armando González Placencia y Julieta Morales Sánchez, el primero ex presidente de la Comisión de Derechos Humanos del entonces Distrito Federal, y la segunda experta en derechos humanos y con una prolífica carrera en órganos de esa materia y en la academia.
Luis Felipe Guerrero Agripino está viviendo una tormenta perfecta que él mismo construyó: un manejo soberbio de la autonomía que lo alejó del gobierno panista pese a que la mitad de los recursos de la UG provienen de sus arcas; una pésima gestión de crisis que lo llevó a enfrentar el primer paro estudiantil en décadas y que problematizó al propio gobernador; un desaseado manejo sucesorio que quiso iniciar la construcción de un cacicazgo y finalmente, como colofón, la errática decisión de agredir a un medio de comunicación con el que transitó de relaciones casi de complicidad a una abierta confrontación.
Lo peor de todo, para sus sueños de trascendencia política y para la suerte que correrán sus protegidos, es que incluso si logra colocar a su candidata, la doctora Claudia Susana Gómez López, esta economista de la UAM y la Complutense deberá deslindarse del agripinismo tan rápido como pueda y restablecer una relación madura y equilibrada con el panismo gobernante.
A menos que en su desastrada fuga de fin de época, Agripino la convenza de quemar las naves, de que le permita conservar influencia y arrojarse ambos en los brazos del gobierno federal, apostando por Morena desde el ámbito universitario, como algunas señales en estos días ya lo indican.
Y si alguna partitura debiera acompañar esta gesta, qué tal el dramatismo de Wagner, con la Marcha Fúnebre de El Ocaso de los Dioses.
2.- No reclaman democracia, presionan por dedazo

Ilustración: Pinche Einnar
El estado actual del panismo guanajuatense quedó reflejado de cuerpo entero con la encerrona de una cincuentena de alcaldes, diputados locales y diputados federales con el dirigente nacional Marko Cortés, el viernes de la semana que pasó en Ciudad de México.
Hace algunos años, no muchos, hubiera sido impensable una concentración de ese calibre para respaldar algo que en Acción Nacional sólo se nombraba para estigmatizar el aborrecido PRI: el dedazo de un mandatario en favor de un candidato que lo sucediera.
Más fácil hubiera sido imaginar lo contrario: panistas enardecidos reclamando por el acto antidemocrático de un gobernante; panistas, místicos del voto como se llegaron a autonombrar y como los caricaturizaban desdeñosamente sus actuales compañeros de viaje priistas, peleando su derecho a elegir libremente.
Carlos Castillo Peraza, ex dirigente nacional panista, decía con su buen manejo de la retórica: “Los astrónomos no habían acabado de descubrir nuestro sistema solar y nosotros ya éramos demócratas. Los físicos no habían creado la bomba atómica y nosotros ya éramos demócratas. Suiza no le había dado derecho de voto a la mujer y nosotros ya éramos demócratas. Los norteamericanos de color no podían ser admitidos en muchas de las universidades de su país y nosotros ya éramos demócratas. La moda mundial eran los totalitarismos y nosotros ya éramos demócratas”.
Sin embargo en eso no estaban pensando la veintena de alcaldes, ansiosos buscadores de su reelección, los quince diputados locales y los diez diputados federales que hablaron durante dos horas con un azorado Marko Cortés para pedirle que en Guanajuato ya se decida la candidatura en favor de Libia Dennise García Muñoz Ledo, la candidata que eligió de forma personal y unilateral el gobernador Diego Sinhue Rodríguez y en cuya promoción ha invertido el presupuesto entero de la Secretaría de Desarrollo Humano y Social de Guanajuato.
Fue el diputado local Miguel Salim quien inició las intervenciones para asegurarle a Cortés que los ahí reunidos significaban la representación de la mayoría de los panistas de Guanajuato, que habían pedido el voto “puerta por puerta” en 2021, y que por tanto no había necesidad de llegar a una contienda interna.
Después de que hablaron más participantes de los tres originalmente acordados, la respuesta de Cortés fue tan diplomática, que no puede advertirse más que un sesgo que no es precisamente a favor de la defendida por sus invitados.
El dirigente nacional panista está más ocupado en estos momentos por cuidar la construcción de la candidatura nacional de Xóchitl Gálvez a la presidencia de la República por parte de la mayor alianza opositora jamás vista en este país, por cierto mediante un empeño que persigue legitimidad democrática a través de un proceso inédito de foros, debates, encuestas y votaciones.
Así que su respuesta pasó por alto la nada velada petición de que avale un dedazo, para asegurar que la decisión sobre la candidata de Guanajuato será un proceso que deberán construir los propios panistas de esta entidad, en dos escenarios: acuerdos para construir una candidatura única o un proceso de elección que garantice equidad, transparencia y respeto a los resultados.
Es decir, las cosas están como al principio. Hasta ahora el músculo económico del gobierno, capaz de reunir 25 mil mujeres para regalarles tarjetas con efectivo o 5 mil comerciantes adheridos a programas oficiales, no han bastado para disuadir a la alcaldesa de León, Alejandra Gutiérrez, de deponer sus aspiraciones y levantarle la mano a la secretaria de Desarrollo Social, Libia García.
¿Bastará el músculo político de concentrar a alcaldes y diputados proclives a la línea para convencerla? Se antoja difícil, por lo menos por ahora.
La fuerza de Alejandra Gutiérrez, no es producto de su capital político, de sus aliados o del resultado de su precampaña, terrenos todos en los que ha obtenido resultados más bien magros. Su verdadera fortaleza deriva de una debilidad de sus contrarios: el temor o la prevención del ala oficialista del panismo de llegar a una contienda interna.
En la medida que la alcaldesa mantenga su postura y exija su derecho a una elección abierta entre panistas, tendrá presionado al gobernador y a su grupo cero. Incluso, en la medida que pasan las semanas y se acercan las fechas fatales del arranque del proceso electoral, su precio se encarece y podría lograr espacios no sólo para sí sino también para sus colaboradores y aliados.
La amenaza de “negociar ahora o perderlo todo”, no podrá cumplirse de manera alguna so riesgo de crear un escándalo de proporciones nacionales que le vendría muy bien a Morena y al presidente.
No deja de ser interesante observar cómo un político hace de su debilidad, una ventaja. Y cómo otro pulveriza sus condiciones favorables por una mala estrategia y un pésimo uso del factor tiempo.
3.- Bárbara Botello regresa al campo de batalla

Ilustración: Pinche Einnar
La única priista que ha derrotado al PAN en León y ha gobernado la ciudad es también una de las mujeres políticas más polémicas, más atacadas y más investigadas en su paso por la administración pública. Sin embargo, la han mantenido vigente su tenacidad y su capacidad combativa.
Se habla mucho de la corrupción del gobierno de Bárbara Botello: que si la peinadora, que las empresas fantasmas, que la obra pública. De ser así, a quién habría que reprocharle su ineficacia es la Fiscalía de Carlos Zamarripa que le abrió a la priista decenas de carpetas desde su inoperante fiscalía anticorrupción y no logró concretar ninguna, incluso la detención por 24 horas de la ex alcaldesa pareció más una maniobra de desprestigio político que una verdadera intención de castigar la impunidad.
El hecho de que Botello y sus abogados hayan logrado combatir prácticamente todas las acusaciones armadas durante el gobierno de Héctor López Santillana, quien contrató a un escuadrón de ex agentes del ministerio público para armar a la contraloría municipal en su primer trienio, así como las carpetas abiertas por el fiscal anticorrupción Marco Antonio Medina, quien parece dedicarse a perseguir a la priista desde su nombramiento, la tiene hoy de regreso en la oposición de la mano de Morena.
Y con todo y sus negativos, Botello indudablemente tiene más posicionamiento de nombre que muchos de sus nuevos compañeros de partido, comparable solo al de Ricardo Sheffield, por lo que no puede descartarse que en una estrategia de rentabilidad electoral, termine afianzando alguna candidatura para la elección del próximo año, desde una diputación hasta la alcaldía de León sin descartar la gubernatura.
Por lo pronto, Bárbara Botello ha aportado ubicuidad y eficacia a la postura crítica y opositora de Morena en Guanajuato, algo que para nada sale sobrando. Ya se le ve defendiendo sus obras, criticando las de los gobiernos panistas y encabezando reuniones de los cuadros que están abandonando al PRI aceleradamente.
Sin duda, es un nuevo motivo de preocupación para el oficialismo en Guanajuato y un ingrediente más a tomar en cuenta en la ecuación que deberá resolverse dentro de poco menos de 11 meses, es decir, casi a la vuelta de la esquina.

Arnoldo Cuéllar Ornelas
@arnoldocuellaro
Periodista, analista político. Fundador del Laboratorio de Periodismo y Opinión Pública, medio digital y asociación civil.