TRES CORSÉS


Arturo Miranda Montero

El programa de espectáculo político electoral transmitido para el público guanajuatense este pasado domingo, dejó ver algunas de nuestras fallas en eso de presentarse a debatir opciones.

El formato de mesa, y dos podios, francamente fue pesado. Que haya habido público y preguntas previamente elaboradas no sirvió para ver a nuestras tres señoras desplegar sus habilidades como dirigentes. Lances rápidos y tiempos acotados impiden el fraseo más o menos inteligible. Vimos y escuchamos lo previsible con las acusaciones, reclamos y dardos que entretienen pero no ilustran sobre las capacidades de gobernar.

Es evidente que las tres candidatas no respiran a gusto, sus amarres les impiden ser libres y volar en las condiciones en que se encuentra la gobernabilidad de un estado como Guanajuato, uno de medio pelo en los indicadores vitales del país.

La señora morena está atada por dos amarres producto del panismo-morenismo imposibilitado de ser progresista y por los intereses ya muy creados de los tribus que se otorgan los espacios para sí.

La emecista apenas sí llegó a esa parte de la política que tiene como dueño a un expriista de toda la vida, origen que se nota y que lastra su vuelo.

El oficialismo azul tiene muy apretadas las riendas sobre su candidata; cosa de ver las candidaturas, la dirigencia y el equipo de campañas. Se entiende: está en juego la hegemonía treintona sobre todos los ámbitos del poder aquí.

Los diseños en los que envuelven las candidaturas no dejan ver más que siluetas moldeadas para beneficio de sus partidos.

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