*MC y Yulma Rocha, la mayor novedad política de 2024; *Libia Dennise: la hora de la independencia; *Sheffield asume el control de Morena en Guanajuato
1.- Movimiento Ciudadano apuesta por el largo plazo
Tras una negociación que llevó su tiempo, que no se limitó al habitual regateo de intercambios políticos, y que más bien busca un plan de largo plazo, la diputada Yulma Rocha dio el paso para dejar a un PRI decadente, abandonado y entregado al panismo como nunca, para incorporarse a Movimiento Ciudadano, donde le dio la bienvenida su dirigente Dante Delgado.
La apuesta del partido naranja, como se ha visto a nivel nacional, es la de escapar a la polarización que ha invadido la política nacional y estar ahí cuando amaine el temporal de 2024, listos para asumir una apuesta de futuro.
Lo harán de frente al desgaste de los partidos tradicionales aglutinados en el Frente Amplio por México, que muy probablemente deban cargar con la derrota de la elección federal y también de cara a la crisis que producirá en Morena la finalización del ciclo obradorista y las confrontaciones internas que eso suscitará.
Movimiento Ciudadano apuesta también por los votantes jóvenes, ese enorme segmento que ni siquiera ha tenido tiempo de desconectarse de la política, sino al que sencillamente no le dice nada el discurso tradicional de los políticos.
Hace unos días lo reconoció el exgobernador de Guanajuato Juan Carlos Romero Hicks en un inusual ejercicio de autocrítica. “Los jóvenes ya no creen en el PAN”, dijo el también exrector universitario ante su extrañada militancia en la capital del estado.
Y el punto es que tampoco creen en el resto de los partidos, en realidad no están votando.
A ese segmento, amplio por cierto, y no al transitado y competido espacio donde se disputan los votos Morena y el PRIANRD, es al que apuesta Movimiento Ciudadano en el país y en Guanajuato.
En ese escenario, nada más natural que ofrecer la candidatura a una mujer joven de edad, pero políticamente madura, que ha tenido a lo largo de su carrera errores y aciertos, pero que ha sobrevivido a unos y a otros con una enorme capacidad de reinvención.
Pero, además, Yulma no va sola, sino que se convierte en el emblema de una nueva generación política, donde destacan cuadros como su compañera diputada Dessire Ángel Rocha y el activista Juan Pablo Delgado, activos en redes sociales, abiertos al diálogo con organizaciones sociales y sensibles a reclamos ciudadanos, a los que han acompañado en litigios estratégicos.
Crecer en la elección de 2024 y llegar a un partido con una votación de dos dígitos a nivel estatal, que los pueda convertir por sí solos en la tercera fuerza política y una bisagra entre los dos bloques mayoritarios, no parece una tarea fácil, pero tampoco será imposible para un grupo imaginativo, que comunica bien y que ha mostrado una gran capacidad de ubicuidad e interlocución en la escena estatal.
Mientras el PRI se arrastra para convencer al PAN de una alianza que le permita recoger las migajas de la mesa, el PRD literalmente desaparece, y el Verde se ahoga en una endogamia patológica, Movimiento Ciudadano respira, da sorpresas y exhibe una creatividad hace mucho tiempo ausente en la política de Guanajuato.
De conseguir el objetivo de duplicar los votos recibidos en las últimas elecciones y superar el 10 por ciento de los sufragios emitidos, una meta que facilitará el hecho de que el resto de los partidos irán coaligados y confrontados al máximo, nadie podrá disputarle a Yulma Rocha la posibilidad de dirigir un partido ya convertido en una tercera fuerza política, con una bancada significativa y prerrogativas que hasta ahora no ha tenido Movimiento Ciudadano.
Y la tarea que viene será la de preparar el camino a la elección de 2030, construyendo una organización que no deberá limitarse a captar los remanentes de la implosión del PRI, de desprendimientos de Morena y hasta de panistas marginados, sino que debe apostar seria y decisivamente por formar una base política fresca y mayormente ciudadana, lo que también pasa por construir espacios verdaderamente democráticos, que los alejen del autoritarismo y la verticalidad que son la marca del resto de los partidos.
Si hay consistencia y congruencia, si persiste la imaginación por encima de la simulación y el acartonamiento, la aventura de Movimiento Ciudadano puede llegar a ser la gesta más importante desde que el foxismo de la primera hora hackeó al todopoderoso PRI y terminó por relegarlo, hace más de 30 años.
Escribir esa saga está en las manos de este grupo de jóvenes políticos guanajuatenses y su capacidad de inclusión y de contagio de expectativas. Veremos si se mantiene la ruta y el ideal, algo que sería tan básico como emocionante en un tiempo tan escaso de esperanzas.
2.- La hora de que aparezca la verdadera Libia
A diferencia de su paso por la diputación e incluso por la Secretaría de Gobierno estatal, desde que Libia Dennise García se convirtió en secretaria de Desarrollo Social y al mismo tiempo en precandidata oficial a la gubernatura del estado, sus pronunciamientos políticos han disminuido casi a cero.
Dueña de una posición segura y navegando únicamente para incrementar su presencia al interior de un aparato que ha puesto gobernadores desde hace 4 sexenios, sin importar su personalidad, su densidad política y su bagaje personal, la primera mujer que asumirá la candidatura a gobernadora del PAN en pocas semanas, no parecía tener necesidad de arriesgar más.
Lo había hecho, en cambio, cuando no era la favorita, cuando parecía más una retadora que la dueña del bastón de mando, el mismo que le había sido entregado a Jesús Oviedo y que éste botó a la basura alegremente. Una Libia García segura de sí llenó la secretaría más política del gabinete con una presencia y un discurso que hacía tiempo se extrañaban ahí.
La oficialización del relevo tras la equivocación original de Diego Sinhue y sus consejeros, le dio a la aspirante el premio mayor: un aparato pletórico de dinero, de operadores políticos, de alianzas empresariales, de cargada partidista y de futuro. Sin embargo, como en un pacto fáustico, el ansiado regalo le quitó el alma.
Y si algo le hace falta a un Partido Acción Nacional de 33 años de gobiernos continuos a nivel estatal, es una renovación radical que les devuelva algo de credibilidad, después de haberse convertido en una maquinaria de reparto de poder, negocios asociados, cargos públicos y un clientelismo populista similar al que desde la sociedad civil se critica en el gobierno federal de Morena.
Hacen falta posturas y planteamientos sobre la inseguridad y la desigualdad, sobre la epidemia de adicciones de la que apenas se conoce la punta del iceberg. Al igual que debe abordarse el estancamiento de la política de atracción de inversiones, la saturación e insuficiencia de la infraestructura y la crisis hídrica.
En síntesis, el hasta ahora exitoso modelo de desarrollo que el panismo de Guanajuato construyó y vendía como su mayor éxito, pese a sus claroscuros, necesita un replanteamiento profundo y eso sólo vendrá de la mano de un gobierno que recupere liderazgo, que apueste por el talento y no por las ocurrencias y que reconozca las fallas cada vez más expuestas.
Libia parece tener un horizonte político más tranquilo, después de la declinación de Alejandra Gutiérrez en su partido y la de Ricardo Sheffield por Morena. Sin embargo, caer en la complacencia, como la mostrada por Marko Cortés hace unos días, podría ser una apuesta equivocada.
En favor de la política panista hay que decir que nunca entró al terreno de la disputa agria con su contendiente al interior del PAN y que ha mostrado buenos reflejos al enviar sendas felicitaciones a Alma Alcaraz de Morena y Yulma Rocha de Movimiento Ciudadano.
Ahora también hace falta que recupere el carácter propositivo que tanto refrescó en las Legislaturas de las que formó parte y que le regresó relevancia a la Secretaría de Gobierno.
El reparto de tarjetas con dinero, los baños de pueblo que usan a mujeres de escasos recursos como simple decoración, el asistencialismo con dinero público, no constituyen una propuesta política digna ni engrandecen la campaña de la primera mujer candidata del PAN a la gubernatura, sobre todo si se limita a esas prácticas, como ha ocurrido en los últimos meses.
No basta ampararse en que son recursos de una práctica común y extendida, pues la apuesta debe ser por la diferencia.
Y seguro, Libia lo sabe.
3.- Alma Alcaraz y la sombra de Ricardo Sheffield
En la campaña por la alcaldía de León en 2021, Ricardo Sheffield señaló en varias ocasiones a su contrincante Alejandra Gutiérrez, del PAN, por ser una comparsa del gobernador Diego Sinhue Rodríguez, negándole la posibilidad de iniciativa en la campaña y en el gobierno.
Ese discurso le valió una denuncia y una sanción por violencia política de género, que le provocó muchos dolores de cabeza en su renovada intención de buscar la candidatura a gobernador.
Ahora Sheffield se encuentra en una situación muy distinta, pues no obstante ganar la encuesta de Morena para la elección del “representante de los comités de defensa de la transformación”, aceptó declinar por Alma Alcaraz, la diputada local que apareció en segundo lugar en la encuesta.
Sin embargo, los movimientos previos y posteriores a ese evento denotan la fuerte influencia del expanista leonés en las decisiones de Morena en Guanajuato, incluyendo la selección de género para las listas de candidatos a alcaldes.
Un segundo capítulo de actitudes patriarcales puede sobrevenirle a quien ya fue definido como el próximo candidato en la primera fórmula del Senado por Guanajuato, si no se establecen acotaciones precisas en su rol y respeta el de la precandidata a la gubernatura.
Alcaraz ya mostró carácter cuando enfrentó a Ernesto Prieto y su grupo desde la secretaría general del comité estatal morenista y cuando asumió funciones de presidenta. Con litigios, resistencia y sin estridencias, enfrentó un acoso de alto calibre y sobrevivió políticamente.
La lucha de las mujeres por ganar espacios en la política ha sido larga, ardua y no ha estado exenta de retrocesos. Parece que esa historia tendrá que continuar por un buen tiempo.
Arnoldo Cuéllar Ornelas
@arnoldocuellaro
Periodista, analista político. Fundador del Laboratorio de Periodismo y Opinión Pública, medio digital y asociación civil.
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