Arturo Miranda Montero
Después de doscientos años de señores mandando por estas latitudes, una señora se hace cargo del gobierno.
En el año 1991 comenzó el panismo a gobernar a Guanajuato. Para este 2024 quiere comenzar de nuevo.
¿33 años no bastaron para hacer del territorio algo totalmente distinto de lo dejado por el priismo? Me temo que no. Al contrario, se mimetizaron los panistas con esa cultura política del todo para el que gana: poder ejecutivo, poder legislativo, poder judicial y todo organismo oficial a la mano. Por eso sostengo que Guanajuato es la envidia del morenismo que quiere eso exactamente.
Comenzar de nuevo parece juego de naipes, con carta nueva. El problema es que la mesa y los jugadores no son distintos. ¿A poco los barones blanquiazules se rendirán ante nuevos intereses?
La señora que llega tendrá que vérselas con los creadores de las tres décadas, además de la animadversión ya vista del lopezobradorismo. Estos años recientes demostraron que López no quería republicanismo, que lo suyo es un mexicanismo centralista y personal; el abandono de Guanajuato ha sido evidente, dados los signos partidistas.
Ahora las señoras que encabezan los gobiernos tendrán que vérselas en cuanto a la inseguridad que sus antecesores han creado; también deben resolver la economía tan mediocre en sus marcadores y, por si algo faltara, deben limpiar el medio ambiente, dotar de salud a los habitantes y darnos educación. Yo, sinceramente, no veo cómo. Unos niegan la realidad que les incomoda y otros arman espectáculos alternos para olvidarse de todo.
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