
Los exgobernadores tiran pa’l monte; *Libia Denisse frente al peligro de la cargada: *Seguritech se acelera en la fiebre sucesoria
1.- Fracasa la intención de unir a machos alfa panistas

Ilustración: Pinche Einnar
Un poco tardíamente en su sexenio, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo convocó a sus antecesores, los ex gobernadores panistas a reuniones sociales a las que se les quiso dar un cariz de alto simbolismo: la unidad en torno al actual mandatario, que había sufrido durante los tres primeros años del gobierno la sombra invasiva de uno de ellos, justo el que o construyó como delfín y candidato: Miguel Márquez Márquez.
Primero en casa del priista azulado Jorge Videgaray, después en otras locaciones y hasta en un viaje a Estados Unidos con migrantes, Sinhue quiso mandar la señal de un reagrupamiento de la tradición panista de 30 años en su entorno.
Incluso los llevó, y todos se prestaron alegremente, a su quinto informe de gobierno, como uno más de los cuadros de animación en el show que hace tiempo dejó de ser un ejercicio democrático de rendición de cuentas.
En el fondo había una intención clara: mediatizar a Miguel Márquez, el político que influyó enormemente en el gobierno de Diego con ratificaciones de funcionarios al por mayor, con la permanencia de proveedores, con derecho de picaporte en casi todas las oficinas públicas, particularmente la fiscalía y la secretaría de seguridad.
Y el objetivo final era el de garantizar a Sinhue una sucesión tranquila, una herencia sosegada y la decisión unipersonal sobre quién vendrá a sucederlo.
Márquez lanzó sus propios candidatos desde hace tiempo: uno de ellos muy abierto ha sido el senador Erandi Bermúdez, quien hace labor a campo abierto; pero la sospecha generalizada es que su verdadero tapado era el secretario de salud, Daniel Díaz, donde se desempeña como verdadero poder tras el trono el primo del ex gobernador, Fernando Reynoso Márquez.
La sumisión que Diego le mostró a su mentor en sus primeros años, probablemente le hizo pensar que podría extender su influencia otro sexenio. Pero las cosas se complicaron con el breve delfinato de Jesús Oviedo y empeoraron con la cargada que ya se deja sentir en torno a Libia Denisse García.
Márquez se resiste a ceder el espacio que él mismo ejerció a placer siendo gobernador. Ha ofrecido su respaldo a la alcaldesa de León Alejandra Gutiérrez y ha sido factor para que otro ex gobernador, Juan Carlos Romero, se sume también.
Carlos Medina, fiel a su estilo, regatea el apoyo a ambas precandidatas, pero rechaza mayormente el dedazo de Diego Sinhue a favor de Libia, aunque no se ha manifestado abiertamente. Su juego es el de pedir que se escuche a la sociedad y no se limite la consulta al ámbito del partido y menos al del gobernador únicamente.
Vicente Fox está en la grilla nacional y confrontando a Andrés Manuel López Obrador, a nivel local apoyará a quien respalde a su vez al Centro Fox y le contrate servicios, por cierto cada vez de peor calidad.
Los dos ex gobernadores en la nómina estatal, Héctor López Santillana y Juan Manuel Oliva, están en el equipo de Libia y serán disciplinados, aun cuando el segundo no esté del todo convencido de los desplantes liberales y del feminismo de la precandidata oficial.
Lo que queda claro, más allá del juego de preferencias donde el papel de los ex gobernadores es cada vez más simbólico, quizás con excepción de Márquez que conserva influencias en el estado, es que no resultó el plan de mantener a los exgobernadores en un cerco de terciopelo para que no interfieran en la decisión de Diego Sinhue.
Como el país, el estado y el panismo están a un paso de vivir su propia polarización y no es para menos: en juego no hay solo poder, influencia y prestigio: hay sobre todo negocios y eso es lo que vuelve difícil cualquier arreglo.
2.- ¿Podrá Libia con el lastre de un grupo político que quiere perpetuarse?

Ilustración: Pinche Einnar
Vaya encrucijada la que está viviendo una de las políticas más interesantes surgidas en el PAN treintón que gobierna Guanajuato. Seguro, hoy Libia García Muñoz Ledo tiene más presente que nunca el pensamiento de Luis H. Álvarez que se volvió clásico y que el PAN de Fox y Calderón desperdició: Nunca nos derrotó la derrota, que no nos derrote ahora la victoria.
A la abogada leonesa que hoy ocupa la secretaría de Desarrollo Social nadie parece haberle regalado nada: fue una diputada efectiva y abierta al diálogo con diversos sectores, desafió la línea no pocas veces, ocupó el cargo de secretaria de gobierno que sus antecesores convirtieron en retiro bien pagado y trajo esa dependencia de nuevo al escenario político.
Con esos méritos se construyó como aspirante a la candidatura aún cuando el dedazo inicial no era en su favor, no atacó pero no dejó de hacer presencia y cuando el plan A de Diego Sinhue se desmoronó como el castillo de naipes que era, no quedó de otra.
Sin embargo, aunque el respaldo oficial del gobernador y su círculo cero es un aporte que marca un diferencial en la liturgia panista de la sucesión, también lleva riesgos asociados que la nueva ungida no podrá eludir.
Siendo una aspirante relativamente marginal y disruptiva, Libia desplegó un magnetismo que mucha falta le hacía al PAN, sobre todo frente a nuevas audiencias y el electorado joven, que ven a ese partido como el dinosaurio de por acá. No era sin embargo un capital suficiente frente a la línea, la coerción y la sumisión, formas dominantes de hacer política hoy allí.
La oficialización del delfinato para la nueva secretaria de desarrollo social, la acelerada agenda para armarle una precampaña por todo el estado, el exceso de aparato estatal y su constante aparición en medios y eventos como la cara frontal ya no solo del gobierno, sino de un proyecto transexenal, le otorgan muchas seguridades para consolidar la candidatura, pero al mismo tiempo le establecerán una serie de condicionamientos.
El riesgo es que Libia gane la candidatura pero pierda su proyecto en el camino. Ese es el peligro que enfrenta.
Le resultará complicada a la funcionaria y precandidata oficial superar el candado dorado que le acaban de imponer, no le conviene además y su pérdida de independencia será ampliamente compensada con un aparato oficial multimillonario, cargada política, burocrática y periodística.
El desafío para Libia será sobrevivir al hecho de convertirse en el mascarón de proa de un grupo político que acusa un severo desgaste y no hundirse con el peso muerto de un fatigado y anquilosado aparato político que ya solo se mueve por dinero o por intereses.
Lo que queda en duda es si una Libia mediatizada sea suficiente para el panismo dinosaurico se lave la cara y logre el apoyo suficiente para refrendar otros seis años de gobierno, justo cuando ese partido está sufriendo una de sus mayores crisis de identidad al hibridarse con sus adversarios históricos y ceder la iniciativa a grupos de presión de las cúpulas empresariales.
El panismo de Guanajuato va además al choque con la cuarta transformación en la batalla presidencial, escenario nunca visto en el pasado reciente pues a menudo las contiendas federales habían abonado a la hegemonía local del panismo, salvo quizá en 2012, el momento en que más se acercó la oposición priista y única vez que el PAN perdió León en un tercio de siglo.
La que ya inició promete ser una de las sagas políticas más interesantes de los últimos tiempos.
3.- Seguritech, los dueños de las fiscalías

Ilustración: Pinche Einnar
Detrás de la infantil denuncia en mi contra del director de “inteligencia” de la Fiscalía de Nuevo León, Paul Cortez Suárez, quien se siente amenazado por los rumores contenidos en un correo apócrifo y recibe hasta atención sicológica del ministerio público, así como del rápido seguimiento a esa denuncia en el estado norteño y en Guanajuato, se encuentra la empresa de seguridad Seguritech, dueña de los mayores contratos de vigilancia y consultoría en ambas entidades.
Hoy, la empresa propiedad de Ariel Zeev Picker Schatz pelea la continuidad de sus contratos con la próxima administración estatal, para ello cuenta con la complicidad incondicional del fiscal de Guanajuato y del secretario de Seguridad, Alvar Cabeza de Vaca y Carlos Zamarripa Aguirre, y le será vital posicionarlos con quien ellos consideran ya la segura gobernadora a partir de 2024, Libia García.
En los próximos meses, el cabildeo de la empresa de Picker Schatz se montará de tiempo completo para favorecer a la aspirante panista, ya iniciaron con algunos golpecitos estratégicos en contra de la alcaldesa de León Alejandra Gutiérrez; después seguirán los ataques y las filtraciones en contra de quien sea el oponente de Morena.
La acusación de Paul Cortez en contra de quien esto escribe, que hubiese sido desechada por cualquier fiscal de no mediar una línea precisa y el carácter de funcionario del denunciante, no persigue otra cosa que buscar amedrentar e inhibir el ejercicio periodístico que puede indagar en las complicidades de esa empresa con los funcionarios de Guanajuato que persiguen mantener su poder el próximo sexenio.
Desde luego, no es para menos. Ya no rentan cámaras que de nada servían, ahora arriendan drones y helicópteros al estado que hasta se atreve a lucirlos en los informes de gobierno, aunque tampoco funcionan mucho. Sin embargo, los cobros millonarios al estado prosiguen y permanecen impermeables al escrutinio de ciudadanos, de legisladores y de auditores.
El encargado de relaciones gubernamentales de Seguritech, el cabildero Daniel Esquenazi Beraha, ha exhibido precipitación y nerviosismo en las intrigas que ha armado, desde el hackeo de periodistas, funcionarios y competidores, hasta esta demanda sin sustento.
En sus manos, Picker Schatz corre el riesgo de que se derrumbe el disfraz de empresa discreta y profesional que ha construido para que se vislumbre lo que hay detrás: un consorcio opaco que se enriquece con el fracaso de la seguridad en Guanajuato y por ello corresponsable de la catástrofe que vive la entidad y que tiene a la clase política en el mayor desgaste.
Ello propiciaría que el próximo gobierno, sea quien sea su cabeza, prefiera deslindarse de sus servicios.

Arnoldo Cuéllar Ornelas
@arnoldocuellaro
Periodista, analista político. Fundador del Laboratorio de Periodismo y Opinión Pública, medio digital y asociación civil.