Arturo Miranda Montero
México es un país al que la ley le vale, como lo reclama el preciso: no me vengan con que la ley es la ley. Y eso les sirve a quienes juraron cumplirla y hacerla cumplir. Por eso nos pasa lo que nos pasa. China libre para hacer y deshacer, violentamente incluso.
Las elecciones deberían comenzar sus preparativos hasta noviembre. Ajá, créte, Chucha. Hace ya un buen que los políticos andan calientes gritando que ellos serán los ganones en junio de 2024. Todo el tiempo violentando las leyes que les obligarían, pero, otra vez, no les vengan con eso de la ley.
Todos se promueven utilizando recursos públicos. Tomemos por escalera un municipio, un estado y lo nacional. En Guanajuato, la capital y el estado, andan posicionando a sus mujeres para que se queden con los cargos principales; arriman de todo para llenar escenarios, regalan cosas compradas con dineros públicos, salen en todas partes sonrientes y disfrazadas de reinitas pueblerinas lo mismo que de señoras de pedigrí. Otras señoras, (una que sabíamos que destaparía el mero mero dende quiaque), también recorren México con la certeza de que todo está arreglado para continuar en el poder una y otra para arrebatarlo. Y, según todo eso, no van pidiendo votos pero hacen todo para notarse candidatas.
Vivimos en la política de rásquese con sus uñas si tiene, porque los funcionarios de todos los niveles y órdenes andan siempre en lo suyo: conservarse en el poder con leyes o sin ellas.
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