*Celaya, un reto de coordinación; *El PAN elige posponer el análisis; *Aguascalientes: falacias al descubierto; *Valencia Gallo le pone sello al tándem Navarro – Smith
Por PopLab
Colaboraciones de Verónica Espinosa, Arnoldo Cuéllar, Mónica Cerbón y Yajaira Gasca.
1.- La transición del gobierno celayense, lejos del terciopelo
Vaya desafío representa la situación de Celaya y la región Laja-Bajío en materia de seguridad para las autoridades que asumirán gobiernos en los tres niveles en los próximos meses. La necesidad de una coordinación real y no en el discurso, pero sobre todo, de una estrategia que sustituya a los hasta ahora fallidos intentos que se han hecho para romper el control criminal y la incidencia delictiva en las poblaciones de la zona, se hace urgente.
En los meses de transición, la violencia no sólo no ha bajado de intensidad. En los días de la semana que terminó, se multiplicaron ataques a la Policía Municipal. En una sola noche, entre el viernes 5 y el sábado 6, se produjeron por lo menos tres agresiones consecutivas en distintos puntos de Celaya, lo mismo en la cabecera que en comunidades, como fue el caso de Rincón de Tamayo.
Esta transición, de por sí ya intrincada porque se origina de una elección manchada por el asesinato de la candidata morenista Gisela Gaytán Gutiérrez, lo es todavía más para el alcalde saliente, Javier Mendoza Márquez, por el hecho de no haber podido asegurar la reelección y de entregar la estafeta al emergente candidato electo de Morena, Juan Miguel Ramírez Sánchez. Pero además, por otros incidentes que lo tocan.
El jueves hubo una balacera en la zona de la colonia Gran Hacienda, en la que resultó herido un hombre pero de la que no se supo mucho más, como suele ocurrir, porque la Secretaría de Seguridad Ciudadana no dio más luz sobre lo sucedido. Pero al día siguiente por la mañana, el personal del Colegio Arturo Rosenblueth se llevó la sorpresa al encontrar varios artefactos explosivos en el interior.
Una versión no oficial refiere que uno de los protagonistas del tiroteo de la víspera los dejó en el sitio durante su huida. Pero el sospechosismo cae sobre el propósito real por el que esos explosivos estaban en un colegio que es propiedad del alcalde Mendoza Márquez.
Mientras seguían los demonios desatados, el alcalde electo Juan Miguel Ramírez se reunía con la próxima gobernadora Libia Dennise García. En una declaración hecha al salir de esta cita, Ramírez dijo lo necesario: que se tendrán que poner de acuerdo los tres niveles de gobierno para lograr la seguridad en Celaya, y que Libia tiene muy clara la situación de ese municipio.
Habrá que ver si ese ánimo persiste.
2.- Aldo Márquez y Juana de la Cruz Martínez, al PAN por asalto
Como ha ocurrido desde el sexenio de Miguel Márquez Márquez, seguido como fiel discípulo por Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, la democracia sigue erradicada del PAN de Guanajuato. Su nuevo relevo, después de unas de las elecciones más críticas que este partido ha enfrentado, se resolverá de nuevo por una decisión cupular.
El arribo a la dirigencia del PAN de Aldo Márquez Becerra, como presidente, y Juana de la Cruz Martínez Andrade, como secretaria, se definió ya en las cúpulas del gobierno que concluye y, probablemente, con el visto bueno del que está por iniciar.
El dedazo que adelantan, principalmente, Diego Sinhue y Juan Carlos Alcántara, no será discutido en forma alguna, mucho menos impugnado. Pero tampoco propiciará reflexión alguna sobre lo que requiere este PAN que ha perdido posiciones políticas en el Congreso y los municipios, ha disminuido su votación en sentido contrario al crecimiento del electorado estatal y ha visto un alejamiento del voto joven.
Cabe preguntar también por qué la fórmula no se invierte. La experiencia de Martínez Andrade y su trayectoria en el PAN es considerablemente superior a la de Márquez Becerra, que sólo brilló en este sexenio por el impulso del gobernador y su jefe de gabinete. Se antoja incluso que Juanita, como la conocen prácticamente todos los panistas del estado, va en la fórmula para darle densidad y suplir la novatez de Aldo.
Sin embargo, salta a la vista como el grupo de poder saliente se resiste a abrir el partido a la equidad de género: Acción Nacional no ha tenido nunca una presidenta en toda su historia. Y si alguien podría romper ese otro techo de cristal, con todos los merecimientos, es la actual secretaria particular de Diego Sinhue Rodríguez, quien ha sido una influyente consejera y operadora de por lo menos 3 gobernadores.
Así, sin democracia y sin inclusión plena, el nuevo comité estatal del PAN no parece el mejor equipado para romper las inercias que mantienen a este partido en un estancamiento declinante, al que solo sostiene la ineficacia de sus opositores.
Si la nueva dirigencia, cuyo arribo ya es solo un trámite, no se hace cargo de que en la pasada elección perdieron el Senado de la República, la mayoría de las diputaciones federales y un tercio de las locales y se dedica simplemente a administrar el partido como una dependencia más del gobierno, pueden provocar tanto o más daño como el que ya causaron Román Cifuentes y Eduardo López Mares, ambos premiados con nuevos cargos, por cierto.
3.- En Aguascalientes, el eslogan de la seguridad en entredicho
¿Qué dirán la gobernadora Teresa Jiménez y el alcalde capitalino Leonardo Montañez Castro como testigos principales de una semana que desmiente los eslóganes electorales del Aguascalientes tranquilo que su partido ha explotado hasta el cansancio?
Sin la compra de editoriales de por medio, afirmar que Acción Nacional es garantía de seguridad para Aguascalientes se ha convertido en una premisa cada vez más difícil de sostener, incluso en las propias cifras oficiales. Peor aún: la existencia de crímenes derivados de abuso de autoridad deja la falacia a la vista de todos.
Iván Díaz Marín y Jorge Bocanegra Muñoz, de 30 y 33 años, fallecieron en distintos hechos y con lesiones graves, tras ser detenidos por policías de la capital aguascalentense, mientras en su campaña el panista reelecto Montañez Castro prometía que la suya sería una administración garantista y de respeto a los derechos humanos.
Habituados al silencio y a la nula rendición de cuentas, el alcalde y la gobernadora –su jefa política– callaron sobre ambos casos, pese a que la semana fue un huracán en las redes sociales por el tema de la seguridad.
En una investigación publicada en el sitio estadounidense USA Today, el periodista Steve Fisher, aseguró, con tres fuentes para sostenerlo, que el helicóptero en el que murió el exsecretario de seguridad estatal Porfirio Sánchez Mendoza (un hombre que fue cercano a Genaro García Luna y que antes de ser ratificado en el cargo había salido de un penal federal acusado de tortura), fue derribado por una de las armas más poderosas que posee el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG): el misil Javelin.
Apresurados por imponer su narrativa, la administración de Jiménez indujo portadas y notas en diarios locales para anunciar que procederán legalmente contra el periodista, pero justo cuando el vocero estatal Enrique de la Torre repetía que Aguascalientes es un islote de seguridad, el mismo grupo criminal incendió un tráiler y bloqueó la carretera 45 norte, además se registraron siete ejecuciones en dos días, un agente ministerial terminó con una bala en el rostro y un empresario murió tras ser baleado por la policía ministerial.
La gobernadora se lucía por estos días en el consejo nacional panista por haber resistido el embate de Morena en la pasada elección, pero parece que eso no alcanzará para seguir ocultando la crisis que empieza a asomar en la entidad.
4.- Navarro y los “despidos” en la capital
A tres meses del cambio de administración municipal en Guanajuato capital, que no será más que una ceremonia de trámite porque el poder quedará en manos de la misma familia, el alcalde Alejandro Navarro despidió a funcionarios con cargos directivos, en lo que podría ser parte de su acostumbrada jugada que se conoce como “la regla de los 3 meses”.
Jesús Antonio Borja Pérez, titular de la Dirección de Cultura y Educación; Liliana Aguilera Padilla, de la Dirección de Atención a la Mujer; David Donato Garnica, de la Dirección de Salud, y Miguel Ángel Matilla Blanco, titular de Innovación y Políticas Públicas quedaron fuera de la nómina… por ahora.
Navarro también decidió separar del cargo a Blanca Contreras Muro, del área de Atención Ciudadana, a Luis Rivera Almanza, subsecretario de Prevención en Seguridad Ciudadana, y se anunció la renuncia de Israel García Irazaba del área Jurídica.
Varios de ellos participaron con notorio entusiasmo y empleo de recursos públicos en la campaña de Samantha Smith, la alcaldesa electa.
No se van con las manos vacías: Alejandro Navarro ha programado un gasto de 8 millones de pesos para indemnizaciones y pagos de marcha. Sin embargo, no sería extraño que regresen a la administración de Samantha, y con su liquidación a salvo, en una jugada con cargo al erario de esas en las que la pareja ha salido hasta ahora bien librada.
El único nombramiento definitivo y que aparenta ser permanente para la administración de Samantha Smith es el de Jorge Valencia Gallo en la Dirección Jurídica, designado por Navarro pese a sus antecedentes de corrupción en Movilidad Estatal, con el cobro de permisos para concesiones de taxis.
No es sospecha ni presunción: Valencia Gallo fue sentenciado a cuatro años de prisión por cohecho, un delito contra la administración pública de los pocos resueltos por la casi invisible Fiscalía Anticorrupción de Carlos Zamarripa. La resolución judicial incluye la inhabilitación para ejercer cargos públicos hasta por 10 años, la cual está en etapa de apelación.
Este antecedente de Jorge Valencia debería ser suficiente para cerrarle la puerta de la administración pública. Sin embargo, la decisión de Navarro dice más de quién es él y de cómo ha manejado al municipio en estos seis años. Su continuidad con Samantha es otro mal augurio para la capital.
POPLab
@poplabmx
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