Saúl García Cornejo
¿Habrá quiénes vean la situación política actual, como normal? La inquietud resulta del desarrollo en las actividades políticas de los suspirantes por la candidatura a la presidencia de la República. No importa diferenciar su lado ideológico –sí, es que lo hay-.
Se sabe –más los suspirantes y sus grupos político-partidistas-, que los plazos legales, no son vigentes. Aunque, en defensa pueril, dicen: “no se trata de precampañas, menos de campañas y por ello, no hay pre, o candidatos.” No les importa el texto constitucional. Lo más relevante y difícil: La autoridad judicial electoral y en acatamiento, el INE, han determinado la viabilidad del rompimiento de la Constitución, con argucias legaloides. En sustancia, argumentaron que son eventos o procesos internos partidistas y no se les pueden prohibir. Para sacarse la espina, vigilarán gastos que autorizaron en la friolera de 34 millones, claro, en franca contradicción de la “visión de austeridad y congruencia: El INE, no debe gastar tanto.” (¿No ha sido el “pleito” de los morenistas?). Sin embargo, ese dinero debería tener un mejor destino social. En fin.
No se ignora que la Ley, es dinámica. Requiere de un proceso legislativo para sus reformas o adiciones -no tan sencillo y se ha violado: Una de las razones jurídicas, para desechar el mentado “plan B”-; que debería agotarse, si es que los tiempos y la visión social, así lo requieren. Pero, no por decisión política presidencial, a modo. Los suspirantes, debían poner el ejemplo de legalidad, pero son los primeros en romper las normas, no obstante que juraron “cumplir y hacer cumplir la Constitución y leyes que, de ésta, emanen.” ¿Qué podrá esperarse cuando alguno arribe, a la Silla Mayor? Para colmo los que “renunciaron”, no han rendido cuentas. Entonces: ¿De hecho y Derecho, hay un rompimiento del Orden Legal y Jurídico, en México? No es un asunto nimio, sino grave, por tanto desparpajo, tanta avaricia por el Poder. Acaso: ¿Seremos nosotros, los ciudadanos que hemos ido perdiendo consciencia cívica y por eso, no pasa nada ante tal escenario político?
Algunos lectores, y agradezco su atención, preguntan si: ¿Habrá “un plan” para anular, en su caso, las elecciones a la presidencia, en 2024, si pierde Morena? Es una especulación, pero, ante una situación sin lógica y, como se ve, sin respeto a las leyes; se puede considerar, que si bien, es verdad a la vista que se quebranta la ley electoral (Constitución, incluida), el Tribunal Federal Electoral, aprobó sigan los eventos aludidos de los suspirantes a la Silla Mayor, bajo el supino argumento –legaloide, en realidad- de que son asuntos partidistas. Que paradójicamente, ni están en sus estatutos políticos, (Es claro que no se quiso contrariar de manera total, a YSQ). Y la anulación, sería contradictoria al decreto judicial y al administrativo por parte del INE. Lo que, es cierto, no convalida el fraude a las leyes electorales. (Algo “raro”: No sesionan todos los magistrados del TEPJF, ¿Le sacan la vuelta, ante las ilegalidades a la vista?) Entonces, es posible, en la hipótesis de que MORENA, pierda. Lo cierto, es que ya hubo anulaciones, aunque de menor importancia que, la elección presidencial.
El artículo 29 de la Carta Magna, prevé la suspensión de garantías -parcial o focalizada, o total- si hubiera perturbación “grave” de la paz pública, entre otras causas (No cuenten la era de violencia criminal y la inseguridad, esa “no es grave y, va a la baja”. Sólo en lo político: movilizaciones, megamarchas, resistencia civil, prensa “conservadora”; que generen “gran desorden”. Subjetivo en sus alcances). Así, en tal hipótesis, concretaría la estrategia de previsión. ¿De qué? Pues, de un “estallido social” por una serie de sentimientos encontrados en el imaginario político-social, y más, “lumbre a la hoguera” desde el Palacio, hoy de “cristal”; se llegaría a la anulación de las elecciones, si pierde YSQ. Queda en el aire y veremos si gana el talante tiránico. Y obvio, habrá quien diga y los EUA, ¿Se quedarán mirando? ¿No están esperando cualquier pretexto para intervenir? En fin.
LA CONDICIÓN SINE QUA NON: Lo dicho, es reflexión y no perder el foco: En México, no sin grandes sacrificios, se cambió a más democracia –a pesar de sus bemoles-; no debemos regresar a momentos sombríos, no hay que olvidar el pasado (1968, por ejemplo). Que la historia y la memoria, nos sirvan para no tropezar o caer, y aprovechar lo mejor que tenemos: La libertad, la Dignidad, la Fraternidad y Solidaridad, la Superación. ¿Pelear con encono, por lo que no existe, lo que no tenemos? ¿Ya perdimos esos Valores, en Guanajuato? No olvidemos que aquí se fraguó, nada menos que la Liberación de yugos totalitaristas monárquicos. En fin.
Es lo que hay. Cuídense mucho.
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