*Alma Alcaraz: entre la sorpresa y la jugada prefabricada; *Libia Dennise: frescura comprometida por los pasivos; *Alejandra Gutiérrez: el regreso de las corrientes al panismo
1.- Los ex panistas desplazan a los fundadores en Morena
El mayor ganador del largo y enredado proceso interno mediante el cual Morena eligió a su próxima abanderada en la campaña estatal de 2024, sin sombra de duda, es el político ex panista Ricardo Sheffield Padilla, cuyo desplazamiento a una precandidatura segura al Senado, fue celebrada de manera anticipada por el dirigente nacional del PAN, a las pocas horas de conocer la noticia.
El político leonés, ex candidato derrotado a gobernador y alcalde, ex director de Profeco en la 4T, no solo tendrá una postulación segura a la Cámara Alta, sin descartar una muy probable incorporación al gabinete federal en caso de ganar Claudia Sheinbaum, sino que también logró colocar en la candidatura al gobierno a su aliada Alma Alcaraz, desplazando totalmente a los representantes de la corriente fundadora de Morena: Antares Vázquez y Ernesto Prieto Ortega.
Sheffield respaldó a Alcaraz desde que fue una asediada dirigente estatal de Morena, siempre en litigio con Ernesto Prieto Gallardo, de quien había sido secretaria general y al que sustituyó por prelación cuando asumió una diputación local y debió retirarse del cargo por regla interna de Morena.
Gracias al propio director de Profeco pudo asegurar un lugar en la lista plurinominal al Congreso local, donde ha sido una combativa opositora, crítica permanente de Carlos Zamarripa y del gobierno panista y promotora de decenas de iniciativas y puntos de acuerdo permanentemente bloqueados por la mayoría panista.
Sin embargo, ni esa tarea ni su paso por la dirigencia estatal, donde dedicó más tiempo a defenderse que a construir al partido, explican el segundo lugar obtenido en la encuesta conocida la madrugada de este sábado, lo que la hizo merecedora de la coordinación estatal y la virtual candidatura a gobernadora, ante la necesidad de atender el criterio de género.
Al manejo de esa encuesta, como al hecho de haber colocado a Alma Alcaraz en el segundo lugar de la postulaciones del Consejo estatal de Morena, cuando se depuró la lista, no es ajeno Sheffield.
La rápida y festiva aceptación del ex titular de Profeco a ser desplazado a un seguro acceso al Senado, consolación nada ingrata, quizá no hubiera sido igual si la candidata resultante hubiese sido Antares Vázquez. Con el resultado obtenido, en realidad Sheffield no sólo librará su propia contienda sino que será el mariscal de campo de la campaña por la gubernatura y todo ello en un clima de camaradería y quizá hasta de subordinación.
Pero no debemos descartar el escenario que subsiste por lo que ocurrió en la elección de 2018, cuando la misma Antares Vázquez fue sustituida en el último minuto por el recién llegado Sheffield: la posibilidad de que Alcaraz sea una candidata fusible que pueda aceptar una sustitución por una mujer con un perfil de mayor rentabilidad electoral, proveniente de la sociedad civil o hasta del panismo.
En ese sentido, el festejo de Marko Cortés ante la declinación de Sheffield y la candidatura de “una sinaloense”, como dijo, podría ser demasiado anticipado.
El proceso electoral de Guanajuato, a tono con la compleja elección nacional, se ha convertido en un juego de ajedrez.
No deja de tener una lógica que la apuesta de Morena para tratar de avanzar en una entidad con tres décadas de gobiernos panistas, sean precisamente dos ex militantes del blanquiazul, que conocen el interior de ese partido, cuentan con capacidad de convocatoria frente a eventuales desprendimientos y que no asustan a quienes desean una alternancia pero no la quieren demasiado radical.
Hoy, en Guanajuato, la lucha política por la gubernatura parece que no se definirá por descontones, sino por enroques y gambitos. La partida apenas comienza.
2.- Libia Dennise y la pesada carga de 30 años de gobierno
Finalmente, el PAN dio el paso formal de registrar a su única precandidata a la gubernatura, en olor de unidad, sin las molestias y sobresaltos que acarrea la competencia interna y que en ese partido pasaron de ser la característica primordial de un adn democrático a convertirse en un lastre, una preocupación y un factor de división.
Libia Dennise García Muñoz Ledo asume el papel histórico de ser la primera mujer que buscará la candidatura a la titularidad del Poder Ejecutivo del Estado, después de una historia de 200 años de continuidad masculina de los que forman parte 33 años de gobiernos panistas.
El ánimo de unidad tiene sus pros y sus contras, quizá evite desvelos políticos y salve enojos momentáneos, amagos de división y fricciones grupales, pero también obliga a incluir por igual a portadores de capital político y a quienes sólo representan pasivos.
Eso pasó esta semana, cuando días antes de su apoteósica ceremonia de registro como precandidata de unidad, la todavía secretaria de Desarrollo Social debió de subirse a un estrado para convalidar un acto de abierta precampaña disfrazado de informe de labores de la primera dama capitalina, Samantha Smith, que lució pletórico de personas acarreadas, incluso desde otros municipios, según reportan los medios, y dispendio de recursos públicos.
¿Le hace falta a la primera candidata mujer del PAN, plenamente respaldada por un aparato político probado a lo largo de los años y que tiene la obligación de aportar oxígeno al desgaste de tres décadas de control político, convalidar actos populistas a costa del erario?
En los tiempos que corren la eficacia política no va de la mano de la imagen de aplanadora que al final ya ni siquiera al PRI le funcionaba. El papel de representar una esperanza frente a lo que el panismo de Guanajuato considera la tentación populista de Morena, no pasa precisamente por reforzar los vicios políticos y olvidarse de las virtudes.
Este sábado, Libia Dennise dio un discurso personal y emotivo en su asunción como abanderada formal del panismo. Habló poco de conceptos políticos y mucho de valores personales. Quiere que su campaña “toque corazones” y que el panismo reconozca que le falta mucho por hacer pese a los largos años de ejercicio del poder.
Tuvo atisbos de autocrítica hacia ese dominio y declaró su vocación por el diálogo y la apertura, aún en temas complicados a los que dijo no temerle.
No deja de ser un discurso fresco en un partido que apostó todo a un desarrollismo que privilegió a los dueños del poder económico y se olvidó de las personas de a pie, justo los que les han permitido con sus votos sostener ese proyecto que ha conducido al estado a fuertes contradicciones y una marcada desigualdad.
Libia ya consiguió plena carta de naturalidad en el panismo, incluso con aquellos que originalmente fueron oponentes y críticos. El aparato se pliega con facilidad ante quien ya es vista como la inminente dueña de las decisiones que abrirán y cerrarán las puertas de acceso a las nóminas gubernamentales.
La panista leonesa representa un cambio por partida doble: el de género y el generacional, pues el sexenio que está en su etapa final no fue capaz de refrescar la oferta política hacia la sociedad y cayó en la misma vieja arrogancia que da el largo e incontestado dominio político.
El hito histórico de ser la primera mujer postulada por el PAN que puede gobernar Guanajuato, tendría que incluir otros contenidos. Libia tiene la preparación y la flexibilidad para hacerlo y dió pruebas como diputada y como secretaria de Gobierno, no así como responsable de Desarrollo Social, donde simplemente se dejó llevar por un aparato construido con muchos recursos públicos para intercambiar apoyos sociales por lealtad electoral.
Al contrario de lo que planteó Marko Cortés ayer en el evento, el PAN de Guanajuato no tiene por qué establecer sus referencias tácticas y estratégicas para la próxima contienda en lo que haga o deje de hacer Morena y sus actores, sino en aquellas circunstancias de su propio ejercicio que ya no satisfacen a los guanajuatenses.
Aunque en su actual etapa, Libia Dennise García deba cargar con personajes como Samantha Smith y sus desaseadas prácticas políticas, en los momentos decisivos de la campaña que viene tendrá que tomar clara distancia de las perversiones políticas, el abuso de poder y la incompetencia, que asoman aquí y allá en este panismo de más de 3 décadas de hegemonía.
Sería la diferencia entre oxigenar al panismo o simplemente asumir la elección como un trámite y profundizar su desgaste.
3.- El oportuno desayuno de Alejandra Gutiérrez
Con el pretexto de un desayuno de cumpleaños para Miguel Márquez, el ex gobernador que primero la apoyó y luego la dejó colgada de la brocha, la alcaldesa de León reunió este sábado a quienes fueron sus principales operadores y aliados en la precampaña que tantos dolores de cabeza le provocó al gobernador Diego Sinhue Rodríguez.
Y no fue el ex gobernador, sino Alejandra Gutiérrez quien convocó a su círculo cero y a su estado mayor, justo unas horas antes de acudir al registro de su contrincante Libia García como precandidata a la gubernatura del estado.
Y aunque en el registro hubo un abrazo conciliatorio, nunca se dio la ansiada foto de Alejandra alzando la mano de Libia.
Con su deliberada señal de este sábado, Alejandra está diciendo con claridad que continuará haciendo política al frente de una corriente dentro del panismo local y que la próxima gobernadora tendrá que tratarla de igual a igual.
Y aunque se prepara para pedir licencia e ir a campaña en la primavera del próximo año, la alcaldesa de León tiene en estos días mucho trabajo político por hacer para que se le respeten los acuerdos de acomodo de su grupo: candidaturas al senado, a diputaciones locales y federales, sindicaturas y regidurías en León y en otros municipios
De ello depende que pueda conservar vigencia política más allá de 2027 y de cara a la sucesión de 2030.
Lo dicho: el proceso electoral 2024 se ha convertido en un ajedrez fuera y dentro de los partidos.
Arnoldo Cuéllar Ornelas
@arnoldocuellaro
Periodista, analista político. Fundador del Laboratorio de Periodismo y Opinión Pública, medio digital y asociación civil.
