G. Saúl García Cornejo Si nos preguntamos qué hacemos en un determinado asunto político, hoy, tal disquisición sería resuelta por la encuesta. ¿Es una moda política? ¿Hemos considerado sus alcances?
La encuesta, es una herramienta que sirve para indagar sobre algún asunto específico, mediante una serie de preguntas enfocadas y dirigidas a un segmento social, y mediante una “muestra”, conocer estados de opinión, sean en el sentido que se busca conocer, positivo o negativo.
Su alcance, es muy limitado. Y depende a cuántos se les haga la encuesta. Si por ejemplo, son unos diez mil individuos, faltaría saber la población de esa demarcación geopolítica. Si pensáramos en Guanajuato, que cuenta, digamos en el último corte (2021), con 4,753,135 registrados en el padrón electoral, según el INE. Si la encuesta fuera telefónica –ya habría un sector económico determinado- y sólo en las ciudades más grandes (León, Irapuato, Celaya, Salamanca, San Miguel Allende, etc.), igual la indagatoria estaría dirigida a sectores, por ejemplo, de áreas urbanas. La muestra hipotética aquí planteada, sería de un 0.0021%
Y hecha la encuesta, en esta suposición, para escoger un candidato a Gobernador, el resultado sería definido por esa fracción casi “nano-estadística”. Y claro, la persona ungida dirá a los cuatro vientos: ¡La mayoría está conmigo! Así que no es difícil saber que las encuestas, en este caso, de opinión, no reflejan el sentir, o mejor dicho, la opinión de una mayoría, por más relativa que sea la cantidad de diez mil encuestados. Y sí lo trasladamos a otros ejercicios políticos, veremos que nada tienen que ver con la realidad, ni menos, con la democracia. Por eso, he insistido en la burla que conlleva la toma de una decisión, que al final es todavía más reducida: La cúpula de algún Partido Político, o Grupo de poder, si se hace, por encuestas. Amén, de que este método, tienen otro problema grave, por su esencia es altamente manipulable.
El miércoles 30 de agosto, al filo de las 15 horas pasado meridiano, se supo por algunos medios nacionales, sobre todo de la línea del ciberespacio, que doña Beatriz, había desistido de seguir en el proceso inminente para el día 03 del mes patrio ya en puerta. La razón –aparente o no- fue que tuvo que reconocer, precisamente por las mentadas encuestas, que la señora “X”, iba arriba. Lo que tampoco puede ser imposible, aunque con la relatividad anotada.
Luego, trascendió que en el PRI se consideró que no tenían disponibles los recursos, en particular económicos y humanos, para el desahogo pleno de ése ejercicio que parecía un avance democrático, pero que al final y como ya es usual en estos asuntos, se quedó en el consabido “Ya merito”.
En el fondo, hubo algún entusiasmo, pero para algunos amargosos, fútil, de la llamada “sociedad civil”. Aunque todavía es muy temprano para adelantar conclusiones, ya se tilda o se quiere sumar más desprestigio a la mano que –según- “mueve la cuna priísta”, y se dice o se especula que Altito lo motiva otra cosa, muy lejana de la democracia, o, hasta ahora burdos intentos en tal sentido. Pero, mis estimados, debemos analizar que, se trata todavía de las encuestas y que sus alcances, son pues, relativos. En ello, tampoco nos debe poner a temblar lo que diga el locutor de Palacio, porque para bien o mal, ya sabemos que opina, porque opina y punto, con eso cree resuelve su responsabilidad constitucional, mientras como pasa con el herrero, tiene en su casa, el azadón de palo.
Pasó pues, una etapa además de romper las reglas legales electorales, con embustes burdos: “No son, ni están”, un proceso inusitado y con apariencia de ir en pro de la participación ciudadana, para “escoger” un prospecto con miras a una candidatura de alto rango, entre tanto, nada más se oyen las patadas en MORENA y el MC. ¿Qué de positivo podemos sacar de toda esta maniobra circense?
Vaya, que alguna parte adormilada de la ciudadanía, pareció en el mejor de los casos, salir de la modorra cívica. Aunque no podrán votar el domingo 03 de septiembre, ya por doña Beatriz, o la señora “X”. Aunque el “Frente”, ya tiene con quien dar la batalla que está a la vuelta de la esquina. Y ese es otro meollo: ¿Le alcanzará la pólvora electoral, a doña Xóchitl? Porque en Palacio, sí madrugan, aunque al final, no por eso amanece más temprano.
La prueba de fuego, como es usual, será en las urnas oficiales del INE, es allí que se decidirá en la jornada electoral, y por tal motivo, al “Frente” le queda un arduo y sinuoso camino por recorrer, ojalá, como esperan algunos millones de conciudadanos –todavía en números relativos- (Se requieren al menos 50 millones de sufragios, considerándolo para una legitimación real, de la mayoría simple, ya que son al último corte en el INE, 98.02 millones en el padrón del RFE). ¿Despertarán de su sueño indolente en el “otro PAN”? Ya saben, los abstencionistas.
¿Qué opinan?
G. Saúl García Cornejo
Si nos preguntamos qué hacemos en un determinado asunto político, hoy, tal disquisición sería resuelta por la encuesta. ¿Es una moda política? ¿Hemos considerado sus alcances?
La encuesta, es una herramienta que sirve para indagar sobre algún asunto específico, mediante una serie de preguntas enfocadas y dirigidas a un segmento social, y mediante una “muestra”, conocer estados de opinión, sean en el sentido que se busca conocer, positivo o negativo.
Su alcance, es muy limitado. Y depende a cuántos se les haga la encuesta. Si por ejemplo, son unos diez mil individuos, faltaría saber la población de esa demarcación geopolítica. Si pensáramos en Guanajuato, que cuenta, digamos en el último corte (2021), con 4,753,135 registrados en el padrón electoral, según el INE. Si la encuesta fuera telefónica –ya habría un sector económico determinado- y sólo en las ciudades más grandes (León, Irapuato, Celaya, Salamanca, San Miguel Allende, etc.), igual la indagatoria estaría dirigida a sectores, por ejemplo, de áreas urbanas. La muestra hipotética aquí planteada, sería de un 0.0021%
Y hecha la encuesta, en esta suposición, para escoger un candidato a Gobernador, el resultado sería definido por esa fracción casi “nano-estadística”. Y claro, la persona ungida dirá a los cuatro vientos: ¡La mayoría está conmigo! Así que no es difícil saber que las encuestas, en este caso, de opinión, no reflejan el sentir, o mejor dicho, la opinión de una mayoría, por más relativa que sea la cantidad de diez mil encuestados. Y sí lo trasladamos a otros ejercicios políticos, veremos que nada tienen que ver con la realidad, ni menos, con la democracia. Por eso, he insistido en la burla que conlleva la toma de una decisión, que al final es todavía más reducida: La cúpula de algún Partido Político, o Grupo de poder, si se hace, por encuestas. Amén, de que este método, tienen otro problema grave, por su esencia es altamente manipulable.
El miércoles 30 de agosto, al filo de las 15 horas pasado meridiano, se supo por algunos medios nacionales, sobre todo de la línea del ciberespacio, que doña Beatriz, había desistido de seguir en el proceso inminente para el día 03 del mes patrio ya en puerta. La razón –aparente o no- fue que tuvo que reconocer, precisamente por las mentadas encuestas, que la señora “X”, iba arriba. Lo que tampoco puede ser imposible, aunque con la relatividad anotada.
Luego, trascendió que en el PRI se consideró que no tenían disponibles los recursos, en particular económicos y humanos, para el desahogo pleno de ése ejercicio que parecía un avance democrático, pero que al final y como ya es usual en estos asuntos, se quedó en el consabido “Ya merito”.
En el fondo, hubo algún entusiasmo, pero para algunos amargosos, fútil, de la llamada “sociedad civil”. Aunque todavía es muy temprano para adelantar conclusiones, ya se tilda o se quiere sumar más desprestigio a la mano que –según- “mueve la cuna priísta”, y se dice o se especula que Altito lo motiva otra cosa, muy lejana de la democracia, o, hasta ahora burdos intentos en tal sentido. Pero, mis estimados, debemos analizar que, se trata todavía de las encuestas y que sus alcances, son pues, relativos. En ello, tampoco nos debe poner a temblar lo que diga el locutor de Palacio, porque para bien o mal, ya sabemos que opina, porque opina y punto, con eso cree resuelve su responsabilidad constitucional, mientras como pasa con el herrero, tiene en su casa, el azadón de palo.
Pasó pues, una etapa además de romper las reglas legales electorales, con embustes burdos: “No son, ni están”, un proceso inusitado y con apariencia de ir en pro de la participación ciudadana, para “escoger” un prospecto con miras a una candidatura de alto rango, entre tanto, nada más se oyen las patadas en MORENA y el MC. ¿Qué de positivo podemos sacar de toda esta maniobra circense?
Vaya, que alguna parte adormilada de la ciudadanía, pareció en el mejor de los casos, salir de la modorra cívica. Aunque no podrán votar el domingo 03 de septiembre, ya por doña Beatriz, o la señora “X”. Aunque el “Frente”, ya tiene con quien dar la batalla que está a la vuelta de la esquina. Y ese es otro meollo: ¿Le alcanzará la pólvora electoral, a doña Xóchitl? Porque en Palacio, sí madrugan, aunque al final, no por eso amanece más temprano.
La prueba de fuego, como es usual, será en las urnas oficiales del INE, es allí que se decidirá en la jornada electoral, y por tal motivo, al “Frente” le queda un arduo y sinuoso camino por recorrer, ojalá, como esperan algunos millones de conciudadanos –todavía en números relativos- (Se requieren al menos 50 millones de sufragios, considerándolo para una legitimación real, de la mayoría simple, ya que son al último corte en el INE, 98.02 millones en el padrón del RFE). ¿Despertarán de su sueño indolente en el “otro PAN”? Ya saben, los abstencionistas.
¿Qué opinan?