DÍAS DE GUARDAR Domingo 29 de septiembre 2024

*La política del silencio de Sinhue; *PAN, la enorme carga para Libia Dennise; *La Secretaría de Derechos Humanos, a observación; *Alejandro Navarro cierra un sexenio en el poder


1.- La política del silencio de Sinhue

Hace seis años, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo comenzó a operar la política que marcaría su sexenio: la del silencio. En el desfile del 28 de septiembre de 2018 se negó a hacer declaraciones porque durante su gobierno no respondería cuestionamientos en «entrevistas banqueteras» y ningún funcionario estaba facultado para hablar de seguridad e implementó la vocería para el tema con Sophia Huett López.

El gobierno del silencio se mantuvo los seis años, ya no solo era para temas de seguridad, sino para todo aquel que le resultaba incómodo.

Incluso, el último día de su gobierno fue abucheado por simpatizantes de Morena y con múltiples señalamientos de tráfico de influencias y corrupción, pero una vez más, optó por callar.

La despedida que le dieron en el Congreso del Estado fue suficiente para que evitara llegar a la toma de protesta oficial de Libia García. Se convirtió en el único exgobernador panista ausente en la ceremonia.

Decidió acompañar a la gobernadora en la toma de protesta ciudadana que organizó en el Alhóndiga de Granaditas donde tampoco quiso hablar sobre las obras en la comunidad La Venta, en Dolores Hidalgo, que terminaron por beneficiar el negocio de Ariel Zeev, dueño de Seguritech.

Diego Sinhue decidió abandonar Guanajuato e irse a vivir con su familia a Estados Unidos. Deja un estado inmerso en la violencia y a la gobernadora una serie de compromisos con empresarios a constructores: 1 mil millones de pesos comprometidos para edificios gubernamentales con cargo a las pensiones de trabajadores al servicio del estado, y la concesión para operar la autopista Guanajuato-Silao y construir y operar la Silao-San Felipe.

Por su parte, Libia García mantiene sus reservas para abordar asuntos de sumo interés público como la prometida salida de Carlos Zamarripa Aguirre de la Fiscalía General. La salida del fiscal con 15 años en el cargo fue una promesa de campaña, y a tres días de iniciado su gobierno se limitó a decir: «el compromiso está cumplido».

Sin más, la gobernadora evitó dar detalles de uno de los asuntos que más inquieta porque marca el fin de la era de un personaje que contó con la protección de cuatro gobernadores del PAN. Perpetuar la práctica del silencio no es un buen síntoma del nuevo comienzo.


2.- PAN, la enorme carga para Libia Dennise

Para cumplir con los momentos protocolarios para su entronización como gobernadora constitucional en la Casa Legislativa, Libia Dennise García dejó de lado el tono propagandístico de la etapa de campaña y el periodo de transición y optó por pronunciar un discurso en el que, si bien no reconoció explícitamente los muchos y graves problemas que Diego Sinhue Rodríguez deja desperdigados por el estado, sí puso énfasis en necesidades y estrategias que tendrá que asumir desde las primeras horas de su sexenio.

Combatir la impunidad, la violencia y la desigualdad; devolver la paz, dialogar con una oposición que dejó de ser minoría -tanto en la conformación de la Legislatura local como en el caso de los gobiernos municipales- y lograr una relación con el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum que se traduzca en la coordinación que antes no se logró, son las pautas que Libia se marca para sí y para el equipo con el que gobernará durante los próximos seis años.

Ya se sabía que los retos no son menores, pero la pregunta es si la gobernadora logrará, para todo lo que se propone, superar los dos grandes lastres con los que está llegando al Palacio de Gobierno: la herencia de fuegos encendidos que precisamente en impunidad, violencia y desigualdad le deja Diego Sinhue y la crisis que a todas luces permea en el PAN, el partido que tendría que acompañarla en semejantes tareas.

El partido resiente el desgaste de más de una treintena de años en el poder y se ha convertido en una creación digna del doctor Frankenstein, dependiente de la nómina estatal y de municipios como León; despojado de las convicciones que lo llevaron a protagonizar las luchas democráticas de antaño en contra del sistema hegemónico priista y acomodado en una inercia que lo alejó de la base social, lo que se reflejó en su fracaso electoral.

El declive deja a Libia sola, si acaso con el círculo de nuevo cuño que la rodea en el grupo cercano de su gabinete, para sacar adelante la palabra empeñada. La prueba es de tamaño colosal.

3.- La Secretaría de Derechos Humanos, a observación

La primera Secretaría de Derechos Humanos de una entidad federativa la tiene Guanajuato y a una semana del anuncio del gabinete, ya despierta resquemores entre personas defensoras y activistas. La dependencia fue anunciada como un capítulo de la administración de Libia García para responder a los flagrantes atropellos a la dignidad de las personas ejercidos desde el Estado.

Aunque su diseño orgánico apuntaba a vigilar el ejercicio de la administración estatal y a generar política pública efectiva, esta secretaría cojea de la inexperiencia de su titular: Liz Esparza, cuyo bagaje se limita a tareas de abogacía en una casa hogar y a la dirección en el DIF de León. Con estos antecedentes, hubiera tenido mayor sentido colocarla en un área estratégica del Sipinna.

Los cuestionamientos bajan a las subsecretarías, y particularmente a la histórica área que atenderá a las personas de la diversidad sexual y de género en Guanajuato. Ahí, Libia García colocó a Ricardo García Frausto, desertor del Partido Verde que dentro de las organizaciones LGBTIQ+ no es reconocido como defensor de esta población. Su llegada al PAN, operada por Rosario Corona Amador, responde a una movida política para debilitar a oponentes en campaña.

Quienes han luchado y cabildeado logros como el presupuesto para la diversidad sexual y de género permanecerán observantes a la gestión de Ricardo, que como señaló la incongruencia del PAN cuando fue opositor, será vigilado por quienes le consideraron aliado.

4.- Alejandro Navarro cierra un sexenio en el poder

La sombra de la corrupción y el uso electoral de recursos públicos para favorecer a Samantha Smith, ambos esposos, acompañarán en su despedida a Alejandro Navarro Saldaña, alcalde de Guanajuato capital, quien el viernes 27 presentó su tercer informe de gobierno al Cabildo.

En la sesión solemne, realizada en la presidencia municipal, el alcalde no habló sobre el contenido del documento de más de 300 páginas, pero presumió logros recaudatorios en materia predial y en el Museo de las Momias. También se jactó de los resultados en seguridad, reflejados en la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana, que mide la percepción de seguridad, pero sin ofrecer datos puntuales sobre la incidencia delictiva en la ciudad, en el marco de una Alerta de Género que distingue a la capital como uno de los focos rojos de violencia contra las mujeres.

Pero para Navarro, regidoras de oposición tuvieron serias críticas, las principales, dirigidas al visible incremento patrimonial familiar durante el sexenio. Desde Morena, las regidoras Estefanía Porras y Paloma Robles hicieron sus críticas. Esta última le recordó al alcalde que existen investigaciones pendientes por resolver, relacionadas con la compra de los terrenos del Rancho El Milagrito, legalmente propiedad de su hijo, Saúl Navarro.

La regidora presentó una cronología punto por punto en la que deslizó las interrogantes: ¿cómo supo la familia Navarro de la existencia de esos terrenos, que estaban embargados por el incumplimiento del pago de impuesto predial por parte de los propietarios? ¿O por qué el valor catastral de los terrenos cambió de un momento a otro, permitiendo que el hijo del alcalde los adquiriera por solo 600 mil pesos, cuando su valor está calculado en más de 12 millones de pesos?.

Estefanía Porras también señaló el uso de recursos municipales para impulsar la candidatura de Samantha Smith, a través de las tarjetas violeta, de las cuales se repartieron miles durante la campaña electoral, lo que se tradujo en el triunfo de la candidata de la coalición PAN, PRI y PRD. Carolina Valadez, otra regidora de oposición que llegó al Ayuntamiento por el Partido Fuerza por México y fue reelecta para el próximo período con Morena, hizo señalamientos en el mismo sentido y acusó al alcalde y su familia de querer perpetuarse en el poder.

Aunque el alcalde tachó los comentarios como mentiras, para muchos ciudadanos guanajuatenses es inexplicable cómo el hijo del alcalde, un estudiante de poco más de 20 años, se transformó en un exitoso empresario y se encumbró en el imperio que hoy parece ser «El Milagro de los Navarro».


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