DÍAS DE GUARDAR Domingo 14 de julio de 2024.


*La inquietante cuarentena política de Libia Dennise García; *Jesús Oviedo: incompetencia y frivolidad política


1.- El compás de espera de la próxima gobernadora genera nerviosismo

El día 12 de julio de 2018, apenas semana y media después de su triunfo electoral, el panista Diego Sinhue Rodríguez Vallejo presentaba a los primeros 4 integrantes de su gabinete: el veterano Luis Ernesto Ayala pretendía dar tranquilidad en Gobierno; el tecnócrata Héctor Salgado Banda llegaba a Finanzas; la desconocida Isabel Ortiz Mantilla se estrenaba en Medio Ambiente, y Angélica Aguilar arribaba a Comunicación Social.

Seis años después y con una elección por la gubernatura que resultó mucho más competida que la precedente, la candidata ganadora, Libia Dennise García Muñoz Ledo, no ha dado más que leves señales sobre el equipo con el que buscará gobernar, al designar a Rosario Corona y Jorge Jiménez Lona como coordinadores de una transición que aún no comienza.

Se trata de políticos de una nueva generación, pero no carentes de nexos con grupos tradicionales panistas. Por sí solos no dan idea clara de por dónde dirigirá la próxima gobernadora su estrategia para relanzar al alicaído partido gobernante.

En primer lugar, Libia se ha comprometido con un gabinete paritario, de lo cual no solo no hay antecedentes, ni siquiera aproximaciones. Márquez gobernó con once varones y solo una mujer; Sinhue termina con 11 hombres y apenas dos mujeres en el gabinete legal. Cumplir la paridad es un criterio que impactará en las decisiones.

El segundo punto relevante es el “nuevo comienzo”, obligado a ser más trascendente que el desangelado “golpe de timón”, que terminó siendo un meme.

No sólo se trata de incorporar políticos de nueva generación, sino de no repetir los que han acompañado a Sinhue en uno de los sexenios más grises de la historia reciente de Guanajuato.

Si en el nuevo gabinete aparecen más de 2 ratificaciones, el capital político derivado de la pasada elección tenderá a erosionarse con gran rapidez, sobre todo por el desprestigio con que concluye el gobierno dieguista.

Revisemos: en las semanas posteriores a la elección, el gobierno saliente se confrontó con sus aliados empresariales; el estado se mantiene incendiado por la violencia; un abandono institucional se deja sentir en las políticas públicas; se percibe un saqueo de última hora de los recursos públicos con las asignaciones de obras por más de mil 600 millones de pesos, el distrito de gobierno en el Parque Bicentenario y el Instituto de formación Policial en Celaya a una misma empresa: el consorcio Eco de José Luis Infante.

No queda ahí: se avecina la concesión de la carretera Silao – San Miguel de Allende, con la discutible inclusión de la autopista de cuota Guanajuato Silao como compensación a quien gane la licitación, lo que creará un agujero de casi mil 500 millones de pesos al próximo gobierno.

Mientras Diego Sinhue saca la barredora y ultima proyectos que impactarán en el próximo gobierno, la gobernadora electa se mantiene en un silencio que ya resulta ensordecedor. La sensación es que ambos están interpretando sus papeles de común acuerdo.

Incluso la polémica generada por la intención de desaparecer el fideicomiso de obras sociales (Fidesseg), enviada a través del Congreso como globo sonda, puede no ser ajena a un posible acuerdo entre Sinhue y Libia para actuar como policía malo-policía bueno. El proponente del punto de acuerdo fue el diputado Miguel Salim, mentor político de la próxima gobernadora en sus primeros cargos. Diego refrendó la intención y lanzó pullas a la ineficiencia de los organismos privados que administran el fondo. Finalmente, Libia recibió a las organizaciones y les ofreció que continuarán recibiendo recursos. ¿Cómo se llamó la obra?

Con estos antecedentes y con el apoyo sin reservas que la campaña de Libia Dennise recibió del aparato oficial dieguista, así como en vista de algunas decisiones ya consensuadas, como el relevo en el PAN para el tándem Aldo Márquez – Juana de la Cruz Martínez, queda en claro que, más allá de los dichos, se vivirá una continuidad en políticas y en equipos de gobierno y que el dichoso Nuevo Comienzo deberá esperar por algún tiempo.

Por ahora, el retraso en la presentación de algunos nombres del nuevo gabinete puede obedecer a que la gobernadora electa está concentrada en los dos que representan su mayor reto: Fiscalía y Seguridad Pública.

Se sabe de cierto que Libia declinó un ofrecimiento del gobernador saliente para realizar el proceso de designación del nuevo fiscal aprovechando la actual Legislatura con una mayoría calificada de PAN y PRI, lo que constituye una buena señal. Todo indica que se busca una legitimidad mayor a la que daría un albazo, que tendría el riesgo de heredar al relevo la desconfianza que genera Carlos Zamarripa.

Sin embargo, el lapso abierto desde la elección empieza a despertar nerviosismos y auto destapes: medio gabinete de Diego, encabezados por Juan Carlos Alcántara y Héctor Salgado Banda, se siente con derecho a la ratificación; aspiran al ascenso segundos mandos como Sophia Huett, que ya se ve en la silla de Alvar Cabeza de Vaca, y Guadalupe Robles, en la de Juan José Álvarez Brunel.

El interregno está resultando más complicado de lo que se esperaba, sobre todo por falta de conducción política: el gobernador saliente cierra en un torbellino caótico mientras la entrante no aparece. Para redondear, el PAN estatal se encuentra acéfalo, el Congreso en retirada y el secretario de Gobierno nunca apareció.

Para calmar ansias, Libia colocó este sábado en sus redes una frase del libro Mujeres que corren con los lobos, de la psicoanalista junguiana Clarissa Pinkola: “Dicen que lo que estamos buscando también nos busca a nosotros y que, si permanecemos quietos, nos encontrará”.

Fidel Velázquez, que hoy sería aliado, lo dijo antes y con mayor concisión: “el que se mueve no sale en la foto”.


2.- El estado arde, Oviedo subsidia conferencias

La violencia no cede en Celaya y el estado.

No es cualquier cosa: masacres, asesinatos de policías y agresiones a agentes ministeriales; en tanto los homicidios continúan rompiendo récords en León y la fiscalía estatal, un verdadero búnker en la comunidad de Cervera en Guanajuato, no se exime de que en su vecindad ocurran ejecuciones, como pasó este viernes.

¿Algo de esto le preocupa al secretario de Gobierno Jesús Oviedo, que en la teoría es el coordinador del eje de seguridad en el estado? Probablemente sí, dado que distrajo recursos de su presupuesto para patrocinar un foro denominado Voces por la Paz, a través de una organización pantalla que encabeza el periodista Jorge Robledo.

Como suele ocurrir, la organización pantalla denominada SoiPaz recibe recursos públicos y se encarga de la contratación de espacios, de oradores nacionales e internacionales y de la promoción, lo que genera una cortina de humo a las obligaciones de transparencia. Tampoco se conocen resultados concretos de la inversión pública realizada en un evento que se celebra por segundo año consecutivo.

El mal ejemplo lo puso Diego Sinhue quien pretendió combatir el alza en adicciones con una franquicia islandesa, Planet Youth, que también se promovía en congresos a cuenta de las finanzas públicas.

El periodista Robledo está en su derecho de vender ilusiones, el problema es que se las compre un funcionario público con recursos del erario, sin rendir cuentas del gasto y de los objetivos.

Esta responsabilidad es de Jesús Oviedo, un secretario de gobierno en el que no confían ni siquiera sus compañeros de gabinete y quien sigue en la nómina estatal no obstante haber fracasado doblemente en la Secretaría de Desarrollo Social y Humano, como funcionario y precandidato a la gubernatura.

Resulta además indignante que se destinen recursos a ejercicios de diletancia pseudointelectual, en una entidad que sufre el mayor número de asesinatos violentos desde hace varios años, ante los cuales el gobierno se muestra no solo incompetente, sino absolutamente omiso.

El colmo de un evento que pretende “reflexionar sobre la paz”, fue cuando uno de los ponentes, un periodista de línea oficialista, declaró con autosuficiencia que su medio ya no publica notas sobre los homicidios porque la gente “está cansada de los muertos”. No esperó mucho por una puntual respuesta de una lúcida joven de la audiencia: “cada muerto importa porque se trata de una vida humana” le recetó a quien pontificaba desde el escenario.

La víspera de que Oviedo se pavoneara en el evento junto a José Ángel Gurría y Rigoberta Menchú, en Celaya se vivía otra ola de criminalidad violenta con ejecuciones múltiples y ataques a agentes de vialidad y ministeriales. La respuesta del funcionario en sus diálogos por la paz fue que “la autoridad no está rebasada por la delincuencia”.

Menos mal. Seguro las onerosas conferencias no sirven para enderezar la realidad, pero sí para que los funcionarios simulen que atienden los problemas, aunque sea con dinero que no les pertenece.


Arnoldo Cuéllar Ornelas
@arnoldocuellaro

Periodista, analista político. Fundador del Laboratorio de Periodismo y Opinión Pública, medio digital y asociación civil.


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