Arturo Miranda Montero
¿Es usted de quienes se agarran del chongo por la política?
A como nos trata la casta partidaria que se dedica al poder, pareciera que nos gusta la mala vida.
Resulta cansado traer aquí todos los ismos que el mundo ha padecido, salvo la enseñanza de sabiduría ancestral: no hay mal que dure cien años ni pueblo que lo aguante.
Nomás para agarrarnos del siglo veinte mexicano, digamos que hubo porfirismo con sus respectivos porfiristas; luego llegaron los revolucionarios que se instalaron hasta hacerse institucionales: en cada sexenio uno podía ser callista, cardenista, alemanista, echeverrista, salinista y así, priistas al fin. Cuando llegó el siglo 21, que si foxistas, que si calderonistas, que si peñistas y ahora lopezobradoristas. Empaquetados: panistas, priistas y morenistas. Todos tienen etiquetas, hasta los ya diluidos.
¿De qué equipo es usted? ¿Es barra brava para agarrar al contrario a catorrazos? No me queda muy clara la ganancia, a menos, obviamente, que usted sea de los mandones, de los que se ubican donde hay para agarrar. O al fin y al cabo, quizá nomás sea un romántico de los ismos.
Más vale recapitular esto: el que gana el poder no lo reparte, hace, en todo caso, encargos para acrecentar su influencia y acumular seguidores a los que algo dará, pero nunca el verdadero poder de decidir quién sí y quién no vale en el tiempo político que le toca gestionar.
Adscribirse a un político es como participar en puros amores perros.
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