Violencia tiñe las elecciones en Guanajuato; *La nueva toma de Santa Rosa de Lima; *Inseguridad sigue más allá de la política
1.- Diego y AMLO convierten caso Gisela en torneo de acusaciones
Si algo debiera merecer el condenable asesinato de la candidata de Morena a la alcaldía de Celaya, sería un repudio unánime de la sociedad y de todo el espectro político, así como una actuación irreprochable de los encargados de que el crimen no quede impune.
Sin embargo, no estamos ni siquiera cerca de eso.
Gisela Gaytán, su sangre derramada, su juventud truncada, sus esperanzas de cambio segadas brutalmente, solo están convertidos en el pretexto para un irracional intercambio de adjetivos, suposiciones y descalificaciones que exhiben la inmadurez política de la mayoría de los actores que hoy se disputan el poder en México y en Guanajuato.
El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, ha sido un constante crítico del desempeño del fiscal de Guanajuato, Carlos Zamarripa Aguirre. Lo ha responsabilizado de la crisis de seguridad surgida durante el largo trayecto de este personaje y ha descalificado el trabajo del gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, insistiendo en que, aunque es “buen hombre”, no manda en su gobierno.
La abierta polémica en la vida pública, en un país acostumbrado al doble discurso de la falsa cortesía y el golpe bajo la mesa, puede ser bienvenida. Sin embargo, debe haber momentos para todo.
La irrupción de la violencia en una contienda electoral, en la peor de sus formas al sacrificar la vida de una candidata, no puede ser en manera alguna el pretexto para priorizar el ataque y la descalificación entre actores políticos, pues eso solo significa hacerle el juego a quienes han prosperado desde la ruptura de la ley.
Combatir el factor disolvente de la delincuencia que tiene en jaque a la convivencia democrática pacífica, debería ser una prioridad de todos los actores políticos y de ninguna manera, un simple pretexto para el intercambio de descalificaciones.
Pero la cordura no cabe en ninguna de las partes.
La respuesta desde el gobierno de Guanajuato llegó en boca del propio titular del poder Ejecutivo, Diego Sinhue Rodríguez, reacio siempre a abordar los temas de inseguridad que afloran a diario en la entidad.
Dejando atrás el permanente pretexto de la secrecía de la investigación, para no informar sobre los recurrentes eventos violentos que nos afectan, el mandatario emprendió esta semana una gira de medios para lanzar la hipótesis de que el asesinato de Gisela podría haberse originado por “pleitos internos en Morena (…) problemas con su candidatura”.
Aunque el mandatario habló de seguir “todas las líneas de investigación”, en la única que se detuvo fue en la de una disputa al interior de Morena, como lo abordó en diversas entrevistas. Parece una respuesta directa a los señalamientos de López Obrador, pero que, a diferencia de la rijosidad presidencial, atenta de forma directa contra el debido proceso que debería seguirse, no sólo en este caso, sino en todos los sumarios criminales.
Que Carlos Zamarripa le haya comentado al gobernador las líneas de investigación, desdice la autonomía constitucional de la fiscalía. Que el gobernador las haga públicas y además con un sesgo, puesto que solo informó en detalle de una de ellas, empeora las cosas en un momento por demás delicado para la tranquilidad de la vida pública del estado.
Por lo pronto, la anticipación del gobernador para inducir la posibilidad de que el crimen se resuelva como consecuencia de una querella interna de Morena, incluso de ser cierta, coloca las cosas en un auténtico voladero institucional, pues ni Morena ni el gobierno federal aceptarán una hipótesis, anticipada por un actor político interesado, como lo es Diego Sinhue.
¿Qué sigue entonces?
¿Continuarán las campañas en un tono de rijosidad política, abonada con litigios electorales, penales y civiles?
Parece el mejor caldo para desconocer el resultado de la elección, precisamente cuando la candidata panista Libia Denisse García realiza esfuerzos denodados para mantener y aumentar la brecha que la separa de la candidata de Morena.
El conflicto podría enfrentar a la muy probable ganadora de la elección estatal, no con las huestes locales de Morena, sino con la muy probable ganadora de la contienda presidencial, Claudia Sheinbaum. ¿Es a lo que se quiere llegar?
La propia candidata de la Cuarta Transformación debe estar preocupada por el sesgo que están tomando los acontecimientos, en relación a las bombas de tiempo que son sembradas en su camino por la retórica presidencial de las Mañaneras.
Los problemas políticos centrales del país no podrán ser atacados sin la colaboración de todas las fuerzas políticas, en el futuro inmediato. La inseguridad que afecta a Guanajuato, como a muchos otros estados, sólo podrá atenderse con trabajo conjunto del nivel federal y del estatal.
La llegada de nuevos gobiernos, después de las elecciones de junio, parece ser la única posibilidad de dejar atrás el clima de confrontación vivido estos seis años, pero para eso todavía faltan dos meses que se volverán interminables en medio de la creciente polarización.
Qué paradoja: el arribo histórico de mujeres con posibilidades de llegar a los máximos cargos públicos del país y de Guanajuato, parece estar siendo saboteado por la rijosidad de los machos alfa que todavía dominan los puentes de mando de esas instituciones políticas.
Y aunque el patriarcado se va a acabar, parece que da patadas de ahogado.
2.- La nueva ocupación de Santa Rosa de Lima
Una fuerza de tarea que se trasladaba en más de 60 vehículos policiales, además de refuerzos de corporaciones federales, invadió este viernes la comunidad de Santa Rosa de Lima y sus alrededores, en el municipio de Villagrán, en busca de los presuntos responsables del ataque contra la candidata morenista a la alcaldía de Celaya, Gisela Gaytán Gutiérrez, asesinada el lunes en San Miguel Octopan.
Se trata de la misma región ocupada por la Marina, el Ejército y fuerzas estatales, en 2019, durante la guerra contra el huachicol y el presunto desmantelamiento del cártel Santa Rosa de Lima. La misma en la que el gobernador Diego Sinhue Rodríguez anunció el restablecimiento del estado de derecho y la construcción de un instituto estatal de ciencias penales, del que hoy solo existe una barda enorme, cara y grafiteada.
Según medios de comunicación que reciben filtraciones de la fiscalía, el gigantesco operativo logró detenciones. ¿Los presuntos asesinos de Gisela? No, unos guardianes de propiedades relacionadas con los sospechosos.
Citando “fuentes de alto nivel” Milenio solo pudo informar que “detuvieron a al menos tres hombres que se encontraban resguardando inmuebles relacionados con los asesinos de la candidata de Morena en Celaya, Gisela Gaytán, sin embargo, los responsables siguen prófugos.”
La precisión es admirable en las producciones Zamarripa en tecnicolor: cero información, mucha espectacularidad y filtraciones dirigidas.
La pregunta que queda es ¿por qué no han habido operativos similares en el pasado para detener a los delincuentes que asolan Celaya, que practican extorsiones, que atacan policías, que asesinaron al hijo de un alcalde?
¿Se necesita una movilización de esa magnitud para detener a unos cuantos empleados de presuntos sospechosos?
Pareciera la técnica Netanyahu en Gaza.
¿A qué están jugando las autoridades de Guanajuato? ¿A esclarecer o a ensuciar? ¿A cuidar una elección en la que su candidata es puntera o a complicarla al máximo?
Carlos Zamarripa, Diego Sinhue Rodríguez, Alvar Cabeza de Vaca, los responsables de permitir que bandas criminales impunes hayan mantenido hasta la fecha la zona de Santa Rosa de Lima como santuario, hoy deciden que es buen momento para jugar al aprendiz de brujo.
Vaya sentido de la oportunidad.
3.- Y la violencia sigue en el estado, sin merecer operativos
Feminicidios, asesinatos cotidianos en las principales ciudades del estado, secuestros de responsables de negocios, la violencia no da tregua en el resto de Guanajuato, mientras el fiscal Carlos Zamarripa juega a arrasar Santa Rosa de Lima y el gobernador Diego Sinhue Rodríguez se convierte en vocero de la fiscalía.
No por nada la candidata panista sabe que es urgente un cambio y debió anunciarlo así con toda anticipación, aunque fuese lo menos conveniente en función de la gobernabilidad del estado.
El problema es de fondo y se convertirá en el reto fundamental del nuevo gobierno a partir de septiembre próximo.
Más allá de la política y de la coyuntura electoral, las víctimas de las atroces estadísticas delictivas batallan día tras día en las agencias del Ministerio Público.
Ya se sabe que para que un asunto avance, así sea lentamente, es necesario hacer todo tipo de presiones extralegales, desde manifestaciones hasta acudir a los medios de comunicación.
Esta semana se esperan nuevas movilizaciones en demanda de justicia y nada tendrá que ver con las pasiones políticas desatadas estos días. Sencillamente las cosas no funcionan.
Veremos días complicados, pero habrá luz al final del túnel.
Arnoldo Cuéllar Ornelas
@arnoldocuellaro
Periodista, analista político. Fundador del Laboratorio de Periodismo y Opinión Pública, medio digital y asociación civil.
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