Santiago Heyser Beltran
“Enfrentemos y resolvamos el problema Migrante” “Tu libertad a fumar, termina donde empieza mi derecho a respirar”;… tu derecho a migrar, termina donde empieza mi derecho sobre mis cosas, mi casa y mis tierras y añadiría yo, y mi trabajo. Dos pilares son básicos en la civilización occidental: 1.- La propiedad privada, y 2.- El Estado soberano. En Florida, los empresarios agropecuarios presionaron al Gobernador Ron DeSantis para que flexibilizara el rechazo a los migrantes ilegales, por una sencilla razón: ¡Son mano de obra barata para el campo!… No nos hagamos tarugos, ¡la migración ilegal nada tiene de humanista!, es un negociazo para los empleadores que explotan al trabajador, para los delincuentes que trafican con personas, que secuestran o que reclutan malandros, para los funcionarios que extorsionan a los ilegales y para los gobiernos que se congratulan con el beneficio económico de las “remesas” o que los usan “políticamente” para joder y presionar al vecino. La Declaración Universal de los Derechos Humanos en sus artículos 13 y 14 reivindica claramente el derecho de las personas a moverse libremente y a buscar refugio y asilo en casos extremos donde su vida corre peligro. Artículo 13.- 1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado. 2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país. Artículo 14.- 1. En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país. 2. Este derecho no podrá ser invocado contra una acción judicial realmente originada por delitos comunes o por actos opuestos a los propósitos y principios de las Naciones Unidas. Ojo, el derecho a migrar no exime de la obligación de cumplir con leyes y reglamentos del país receptor; hoy, es mi opinión, la migración de centro y sudamericanos y haitianos, es mayoritariamente para acceder a mejores condiciones de vida (dólares), pocos son los casos que se dan por persecución; lo sé, muchos de los migrantes argumentan que migran por hambre, esto es parcialmente cierto y la prueba es sencilla, a pesar de que el gobierno mexicano tiene vigente una política idiota de fronteras abiertas que atenta contra la seguridad nacional al permitir la entrada de malandros, narcotraficantes y malvivientes sin ningún filtro, quienes entran a México, que ofrece oportunidades de una vida digna, lo hacen para “brincar” de manera ilegal a USA, por lo que se amontonan en la frontera norte de México, en donde los gringos, en mi opinión, están en todo su derecho de reservarse el “derecho de admisión”; y es que sin duda hay una interpretación sesgada del derecho humano a migrar y es que no está sobre el derecho soberano de cada nación y de cada sociedad a poner las reglas y establecer las leyes que regulen el ingreso de personas del extranjero. La declaración Universal de Derechos Humanos, opino, está obsoleta, es mal interpretada y está incompleta, me explico: No describe quienes deberán mantener a aquellos que, sin ser perseguidos, buscando una mejor calidad de vida, entran ilegalmente (sin hacer trámites ni cumplir con leyes y reglamentos) en un país que no es el propio (me permito resaltar que al artículo 13.- habla del derecho a la movilidad dentro de su país, no en un país extranjero), tampoco prevé que migren miles o cientos de miles de personas, lo que genera innumerables problemas sociales y económicos al país receptor, es decir, no es lo mismo que migren mil perseguidos al año, a que migre un millón de muertos de hambre anualmente. Techo, alimento, higiene, desperdicios, educación, etc., etc., son algunos de los problemas inherentes a quienes, sin oficio ni beneficio entran por la fuerza y de manera ilegal a un país. Los impuestos ciudadanos tienen como destino proveer de infraestructura y de servicios a los habitantes que los aportan en cada municipio, estado o país, no son para mantener a quienes buscan una mejor calidad de vida porque en sus países no pudieron construirla. Una vez dicho lo anterior, lo menos que esperaría del derecho internacional, es la obligación del país expulsor de mantener a los ciudadanos que se meten a otro país sin autorización y, ya encarrerado el ratón, el derecho de las naciones afectadas (receptoras) de intervenir en las naciones expulsoras que les generan problemas, en otras palabras, si mi vecino me genera problemas, tengo el derecho de intervenir, defenderme y hacer lo necesario, brincando derechos soberanos y territoriales, para corregir a los malos gobiernos que expulsan a sus pueblos por corrupción o ineficiencia (excluyo desastres naturales). Finalmente, en tanto resolvemos de fondo la problemática revisando los derechos universales, las leyes internacionales y la obligación de países soberanos de cuidar y controlar la salida de sus ciudadanos para no causar problemas a países vecinos; mucho se resolvería si los gringos prohíben la entrada de migrantes que no sean originarios del país desde donde solicitan su ingreso; en otras palabras, el problema México/USA se resolvería de inmediato si guatemaltecos, nicaragüense, venezolanos, y haitianos, no pudieran entrar ni solicitar asilo desde México. Obvio, también ayudaría que el gobierno de México, en lugar de lucrar y amenazar políticamente a los gringos con el problema migrante, cumpliera su deber y obligación de salvaguardar nuestra frontera sur… ¡Así de sencillo!
Un saludo, una reflexión.
Santiago Heyser Beltrán
Escritor y soñado
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