El crimen logra el objetivo de frenar las campañas; *Pendiente el esclarecimiento del caso Gisela Gaytán; *El polvorín en la franja sur del estado
1.- Violencia contra candidatos instaura el miedo
En el arranque de las campañas políticas municipales, hechos puntuales protagonizados por la delincuencia organizada provocaron la desmovilización de las formaciones políticas, el descenso de la actividad de los candidatos y sustituyeron a la “fiesta de la democracia” por el miedo.
Esto ocurre en el estado donde sus últimos gobernantes han centrado sus esfuerzos en minimizar la magnitud de la crisis de seguridad y no en ocuparse de ella. Los resultados están a la vista: hoy el crimen gobierna en franjas amplias de la geografía y la sociedad del estado.
El ataque, por fortuna fallido, contra la activista Galilea García, quien realizaba una trascendente labor social en Brisas del Campestre y que había sido invitada a participar en la campaña de Movimiento Ciudadano, fue el primer hecho de violencia registrado en la actual campaña electoral, días antes del ataque a Gisela Gaytán en Celaya.
Por la protección de Galilea, la información se omitió, aunque ella fue auxiliada por un mecanismo de protección oficial que la extrajo de Guanajuato para ponerla en un lugar seguro. Sin embargo, a los pocos días trascendieron los hechos y allí se pudo saber no sólo la inhibición de su candidatura, sino la interrupción de la labor que venía haciendo desde hace tiempo, al haber iniciado un comedor comunitario que alimentaba diariamente a más de 200 personas.
Pero no solo eso. Las amenazas y un intento de agresión no consumado, han logrado colocar a Brisas del Campestre, un núcleo habitacional que nunca debió permitirse por su alejamiento de la ciudad y de los principales servicios, donde habitan más de 70 mil personas en una gran precariedad, como un territorio prohibido a los candidatos de todos los partidos.
Ubicado al norte de la ciudad de León, en los límites con Jalisco, este desarrollo de 45 mil viviendas, autorizado por Ricardo Sheffield como alcalde, con escaso éxito de ventas y con una gran cantidad de casas ocupadas de manera irregular, se ha convertido en la colonia donde más delitos se cometen. Una verdadera ciudad satélite de León donde manda la delincuencia y sus habitantes son rehenes de las actividades ilegales.
Ahí, donde más falta hace una labor social, el abandono de la autoridad venía supliéndose con esfuerzos surgidos de la precarizada sociedad, como el de Galilea, que ahora se ha interrumpido.
En términos electorales es un territorio perteneciente al tercer distrito electoral federal, que abarca las zonas de mayor desarrollo de la ciudad y que ha sido considerado el “territorio más panista del país”. Un trabajo político de base, como el que venía realizando Movimiento Ciudadano en Brisas del Campestre, prometía darles un resultado significativo.
Por ese distrito ha sido dos veces diputado Fernando Torres Graciano, ex dirigente estatal del PAN y alguna vez prospecto a la gubernatura. Su paso no se ha notado y ahora busca su tercer periodo como legislador.
En la contienda local, será la regidora con licencia Jared González Márquez quien busque la posición. Dado el amplio poder y la influencia con que se manejó en el Cabildo, no puede serle ajena la realidad de esa zona.
Eso ya no ocurrirá. Las personas postuladas por el partido naranja: Marcelino Trejo a diputado federal, Lucía Verdín a diputada local, Juan Pablo Delgado a la alcaldía, han determinado no hacer más campaña en esa zona, ni siquiera acompañados con los equipos de seguridad con los que ya cuentan.
La situación es lamentable: una comunidad de personas que representan un 5 por ciento de la población de la mayor ciudad del estado, que sufre intensa marginación, abandono institucional, precariedad e inseguridad, ven reducidas sus posibilidades de expresarse, de organizarse políticamente y de plantear sus necesidades a quienes buscan gobernar la ciudad.
Será difícil que otros partidos políticos, incluido el gobernante Acción Nacional, se apliquen a fondo en la zona, dialoguen con sus habitantes y les ofrezcan soluciones viables, realistas y alcanzables.
La violencia, mediante una acción que por fortuna no logró su objetivo, sí obtuvo, en cambio, otro resultado nefasto para toda la sociedad: secuestrar a una comunidad de 70 mil personas e impedirles el pleno ejercicio de sus derechos ciudadanos.
¿Seguiremos cerrando los ojos a esta realidad?
2.- El ataque a Gisela desmoviliza a Morena
Otro de los hechos violentos registrados, en el arranque del periodo electoral local, fue el asesinato de la candidata de Morena a la alcaldía de Celaya, Gisela Gaytán, en el cual fueron heridas otras personas. El ataque detuvo las campañas de ese partido político por varios días y su recuperación ha sido lenta.
La seguridad se ha extremado en torno a los candidatos de Morena, sobre todo la aspirante a la gubernatura, Alma Alcaraz, con elementos de la Guardia Nacional y del Ejército. El escudo en torno a quien representa a la segunda fuerza política no es una buena noticia, pues de alguna manera entorpece su movilidad y la aleja de los ciudadanos a los que busca convencer.
Por otra parte, en Celaya, el municipio que tenían amplias posibilidades de ganar, sobre todo a causa del debilitamiento del panismo por la inseguridad que sufre ese lugar desde hace años, Morena se ha visto impedido de reanudar la campaña, incluso pese a haber decidido ya a un suplente de la candidata asesinada, en la persona de un académico de historial convulso como Juan Miguel Ramírez.
En este caso, también la violencia atribuida al cártel Santa Rosa de Lima, largamente tolerado por la administración panista del ex gobernador Miguel Márquez Márquez, ya afectó la contienda de muchas maneras.
Pese a los desplantes de la Fiscalía del Estado y a la actitud beligerante del gobernador Diego Sinhue Rodríguez, en el sentido de responsabilizar a la misma Morena del asesinato de su candidata, lo cierto es que el esclarecimiento no tiene avances expuestos ante la opinión pública, no obstante la visibilidad que alcanzó el crimen, incluso más allá de las fronteras.
En Celaya y sus municipios aledaños, decenas de campañas de candidatos a legisladores, alcaldes y la misma gubernatura, de todos los partidos políticos, se llevarán a cabo en las próximas semanas, sin que se sepa quiénes jalaron el gatillo y quiénes dieron órdenes en el asesinato de una candidata, apenas en su segundo día de campaña.
Ese es el escenario que construyeron la negligencia y la complicidad de los responsables políticos de la seguridad en los 3 niveles de gobierno a lo largo de los últimos 12 años.
Con campañas bajo fuego y a ciegas, la actual no es de ninguna manera una fiesta de la democracia.
3.- Yuriria, Moroleón, Uriangato, el otro frente
No son menores los acontecimientos ocurridos en el sur del estado. La candidata a diputada federal por Movimiento Ciudadano en el Décimo Distrito, Alda Pacheco, fue interceptada por hombres armados en un vehículo, en trayecto de Cortazar a Jaral del Progreso. La agresión fue repelida por elementos de la Guardia Nacional que escoltaban a la aspirante. Esto pasó el domingo 31 de marzo.
Un día después, un empresario fue secuestrado en Moroleón. Se trató del suegro de la alcaldesa con licencia Alma Sánchez Barragán, llegada al cargo en 2021 tras ocupar el lugar de su madre, Alma Barragán, asesinada en plena campaña.
En esa zona la violencia ya se ha presentado y la descomposición de los partidos políticos parece generalizada, con trasvases constantes de cuadros entre ellos, de manera que ya difícilmente se distinguen entre sí.
El panismo se encuentra virtualmente desaparecido y en las últimas elecciones sus candidaturas le fueron maquiladas por los restos del PRD, reclutados por el ex gobernador Miguel Márquez, hoy de regreso como candidato al senado.
Es otro territorio para observar en las semanas que quedan de campaña. Guanajuato está cambiando frente a nuestros ojos, sobre todo a causa de que quienes tienen la responsabilidad de gobernar y proteger a la sociedad, parecen tener los suyos cerrados.
Arnoldo Cuéllar Ornelas
@arnoldocuellaro
Periodista, analista político. Fundador del Laboratorio de Periodismo y Opinión Pública, medio digital y asociación civil.
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