G. Saúl García Cornejo.
Estimados lectores de este medio electrónico, la propaganda política, generalmente, disfrazada de informes de avances gubernativos o logros, inunda los medios –en particular, los que son por “inserción pagada”, como se le dice de manera elegante, al chayotazo- y en Guanajuato no es la excepción.
Podemos cansarnos de leer o escuchar tal propaganda, al gobierno en turno le da lo mismo, tienen en su protocolo de mercadotecnia política, partidas presupuestales para ése objetivo y, casi, son por decir, “automáticas”, es decir, de curso normal y corriente. Claro, es una forma, según creen, para estar en el corazón del elector. Y vaya, pues así es el sistema político.
El punto, es que en la realidad, a la ciudadanía –aparte de no creer tanta belleza- es muy lógico que le pase de un oído al otro, sin más efecto que un dejo de indiferencia, pues están en gran número convencidos de que no hay cambios, ni promesas que se cumplan. Es lo que hay. Lo que no hay, es una oposición de peso.
Entonces, en esa especie de síndrome cultural-político-electoral, los Partidos y sus actores principales, juegan su papel con toda comodidad y naturalidad: El mentir, no sólo es su deporte, sino una manera de ser y estar. Y en tales circunstancias, parece no importar clase social o ideología política. El caso es no quedar fuera de la oportunidad. Lo estamos viendo con el inusitado interés y de última hora, de las tres mal llamadas “corcholatas” de MORENA, por voltear hacia Guanajuato y no se me olvida lo que en 2021 me dijo una dama de alto rango nacional en ese momento, en dicho Partido: Guanajuato, está al último en el corazón de MORENA y ahí se acabó una inicial plática, pues no le vi sentido estar “sembrando en el vacío”. Pero hoy, eso tal vez cambió, o será mero interés electoral por lo que se avecina, vaya usted a saber. Lo más seguro, parece ser lo segundo. En fin.
Lo extraño para los militantes y en particular, para los que se dicen o son “fundadores” del Movimiento llamado MORENA, aquí en esta tierra otrora de la Independencia, les resulta hasta molesto que de pronto, sus enemigos naturales y políticos per se, se aglutinan y asoman la cabeza con las mentadas “corcholatas”, eso con más énfasis en el vecino municipio geopolítico, que se ha venido considerando el “corazón del Estado” –condición justificada o no, real o no-, es decir León, se han volcado variopintos empresarios y gente pudiente en torno, ya a D. Claudia, o D. Marcelino, y así será en próximos días, con D. Adán. Y claro esas élites son las que tienen con qué pagar un ágape político de tal tamaño, ahí no habrá frutsis y tortas de queso de puerco, o lo que caiga.
Entre tanto, al electorado no se le toma en cuenta: La violencia y el crimen, en punto álgido, cada día más homicidios –aunque claro, excepcionalmente, caen los sicarios ante la Ley-, vaya, hasta resulta que al neocacique de San Cristóbal, el gobierno de Diego S., le da para sus “chuchulucos” y bueno, es compresible pues el expresidente se quedó sin su pensión vitalicia, y ha dicho no tener nada que ver con la actividad huachicolera a pesar de que le encontraron una toma, pegadita a su ranchito, o con los Oxxos y sus gasolineras, ni con los buques tanque que se llevaron sus parientes “adoptivos”, desde alguna plataforma petrolera. Lo raro es que siga tan fresco y todavía en la grilla criticando al preciso de Palacio, como si él, en su tiempo hubiera hecho otra cosa como bien gobernar (Se vale reír).
Tal vez volvamos a escuchar una promesa: Van a la cárcel los corruptos. En fin, luego no habrá quien cierre la puerta del “botellón”. Y para colmo, en Celaya, estamos peor cada día, con todo y los recursos financieros que recibe el gobierno municipal y dicho sólo por el asunto del rescate de los habitantes por abolición del crimen. El recomendado secre de Seguridad, sí brilla, pero por fallidos resultados, y el Ayuntamiento, bien gracias.
Mientras, nos dicen que por fin saldrán las vías del tren de Celaya. El problema, es precisamente la gran contradicción de una visión macroeconómica, que ha permeado en el proyecto oficial en Guanajuato. Los negocios inmobiliarios, motor para que un grupo de “políticos” aquí avecindados “hagan su agosto”, pero que en el fondo, el punto es que efectivamente no traen beneficios reales a la población y menos, abaten la pobreza exponencial -que por cierto, rebaza el 40% de la población celayense- y entonces esa riqueza, desarrollo o prospectiva económica, es sólo eso y además, no considera el desarrollo social y humano, es sólo negocios. Aparte está el asunto de la infraestructura para esos desarrollos, que curiosamente, no existen en las colonias habitacionales pobres y así, los impuestos son gastados selectivamente y en favor de la gente adinerada o quienes estén atrás en esos proyectos.
El gran problema, ya hoy una deuda social del gobierno con 30 años en el poder, es la violencia y el crimen, y no cree usted, paciente lector, o lectora, que cualquier inversionista, por cándido que pueda ser o «por convencimiento» por escuchar ese boom de negocios inmobiliarios: ¿No indagará sobre el problema de inseguridad pública y privada? Eso inhibe al más pintado. Luego, es prioritario abatir al crimen, para hacer planes de desarrollo y claro, con una sensibilidad y visión social y humana.
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