G. Saúl García Cornejo
Ante los vídeos que circulan profusamente, en relación al suceso lamentable en que una treintena de migrantes, fallecieron calcinados o ahogados por humo, o simplemente, del susto (Ataque cardiaco), del que oficialmente no sabremos los ciudadanos, los detalles, son por sí solos muy explicativos. Como dice el dicho: “Una imagen dice más que mil palabras”.
No puede haber “lavado de manos” de variopintos políticos o funcionarios con aspiración política –más que en hacer bien su trabajo-, incluido el preciso de Palacio, que ya se adelantó a las pesquisas y dictó sentencia: “Pobres, nunca imaginaron como acabaría su protesta” (Más o menos palabras, pero señalado aquí, en esencia).
¿Un alberque? No, parece más una prisión, con todo y rejas, candados, sin salida para emergencias, y la clásica mazmorra más precaria o de tercer mundo, como habrá en Venezuela, Cuba o Nicaragua, (sólo por mencionar lugares en el corazón del máximo líder de la cuatroté), con guardianes fríos e indiferentes. ¿Eso tampoco lo imaginaron los migrantes, al arriesgar su vida y pasar por México? Eso sí, es más lógico.
¿De quién será ahora la culpa? Trump, ya quisiera salir de su propia barranca, Biden, no creo que le caiga bien el asunto, por más que esté contra la migración, sobre todo de Centro y Sudamérica, aunque ahí viene su campaña política. ¿Entonces? El único que queda, según el canon del preciso que vive en Palacio: El más “güeroo” (Léase wey).
Sé que resulta complicado lanzar culpas o acusaciones sólo al aire –como se estila en las mañaneras-. Y más cuando el salón desde donde se emite la propaganda política cada mañana, es un verdadero lavado… de manos, como hizo Pilatos, (Más recordado ahora que llega la Semana Santa). Pero, el asunto migratorio está en primer término, el preciso y sus enjuagues con Trump y ahora, con Biden; luego, Gobernación y Relaciones Exteriores. El último “güero”, no será –por más que doña Claudia y don Adán, así lo hayan planeado, eso sí, al primer brinco-don Marcelino. No, de seguro caerán las testas en el Instituto de Migración.
Así, es el modus en las mafias, como la “Cosa Nostra”, que además, ya no hablarán tanto y menos, con la verdad verdadera: La corrupción desde mero arriba. No, esos capos, no caerán. No señor o señora. A mí, aparte, me molesta mucho la socarronería al hablar del asunto, de ya saben quién. En fin.
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