La suave transición se convierte en campo minado; *Migrantes: falla el perfil dialogante de Libia; *Aldo Márquez y el día después
1.- El cambio de gobierno en medio de una ola violenta
El gobernador que concluye su mandato en 2 semanas realiza una gira triunfal por el estado, cortando listones de pequeñas obras y recibiendo baños de pueblo. Sin embargo, las notas en los medios de comunicación hablan de realidades muy distintas: septiembre es un mes igual de sangriento a los que se han vivido en los últimos seis años.
Celaya ha visto la llegada de fuerzas federales para relevar a la policía municipal, cambio sin resultados hasta ahora, mientras Comonfort decide suspender las fiestas patrias ante la ola reciente de asesinatos políticos.
Hasta los medios de comunicación más serviciales con el gobierno reportan que el sexenio de Diego Sinhue Rodríguez romperá todos los récords en materia de violencia homicida, con un crecimiento de 200 por ciento sobre el gobierno anterior.
La imposibilidad de ocultar el desastre humanitario de Guanajuato fue evidente en el surgimiento de la candidata Libia Dennise García, la única política que desde el Congreso y el Poder Ejecutivo estableció interlocución con los movimientos de víctimas. Su decisión de relevar a Carlos Zamarripa Aguirre fue una de las válvulas de escape para despresurizar la pasada campaña electoral.
Sin embargo, la realidad se mueve en un plano diferente al de la política. La decisión de ofrecer cambios en las cabezas de las dependencias involucradas en el fenómeno delictivo, la que previene y la que sanciona, no ha tenido un impacto real en el fenómeno de la violencia, sino que muy en contrario parece que la ha exacerbado.
El próximo martes conoceremos el gabinete con el que va a gobernar Libia, sin embargo, aún no se sabrá quién será el nuevo fiscal, pues ese proceso deberá esperar a la renuncia de Zamarripa, a la convocatoria del Congreso para designar y a un proceso que se llevará varias semanas, aún con la existencia de consensos previos, o más si no los hay.
Para entonces, el ya ex gobernador estará lejos de Guanajuato, respirando otros aires y disfrutando de una desahogada posición económica muy por encima de los emolumentos que recibió en la nómina del estado.
El PAN gobernante en Guanajuato ha cerrado el círculo y ya acostumbró a la sociedad civil, empresarios, académicos, jerarcas eclesiales, periodistas, hasta opositores, a que enriquecerse en el ejercicio del poder es algo normal y hasta bien visto. Así fue con Luis Ducoing, así es con Diego Sinhue.
La indignación que se generalizó en la entidad en los años 80 en contra de los excesos de la clase política priista, se diluyó a la vuelta de los años. Hoy en Guanajuato hay un ecosistema de relaciones entre gobierno, empresarios, medios y líderes de opinión, tolerante a la corrupción, cuando no abiertamente cómplice.
En estos días, el PAN-Gobierno, donde podemos agrupar a Diego Sinhue y a Libia Dennise, se pusieron de acuerdo para designar a un nuevo Auditor Superior del Estado, Víctor Fonseca López, en cuyo pasado laboral hay estrechas colaboraciones con Jorge Espadas Galván, el próximo coordinador parlamentario del blanquiazul.
Así se vulnera cualquier posibilidad de autonomía del órgano encargado de velar por el manejo pulcro de los dineros públicos, al tiempo que se fortalece el poder del pastor panista de la Legislatura que viene.
De entrada, lo que se evidencia es que el nuevo comienzo no tiene nada que ver con reformar las prácticas políticas que han desgastado al panismo en las últimas dos administraciones, sino en reproducirlas con nuevos actores. La lectura muestra un error garrafal: lo que le ha fallado al PAN no son las personas, irrelevantes al fin, sino los procedimientos.
Así como Diego Sinhue no logró cambiar nada en el deterioro de la gobernanza panista con el demagógico “golpe de timón”, poco se podrá enmendar si el nuevo eslogan se acota a cuestiones de imagen y de propaganda.
Sin embargo, a diferencia del gobierno dieguista, en la etapa actual el margen de maniobra se ha acortado y las consecuencias de una política equivocada, podrían registrarse en menor tiempo.
La deriva de ineficiencia de los gobiernos estatales tiene mucho que ver con la debilitada presencia de la sociedad en la interlocución con los responsables de los poderes públicos.
Ahora sí que tenemos los gobiernos que nos merecemos.
2.- Libia, la interlocución atenuada
Este jueves se llevó a cabo el conversatorio entre ciudadanos, liderazgos y activistas migrantes con la gobernadora electa Libia Dennise García Muñoz Ledo, a efecto de revisar la decisión de desaparecer la Secretaría del Migrante y convertirla en una dependencia subordinada en la nueva Secretaría de los Derechos Humanos.
Desde que se anunció la decisión del próximo gobierno, a mediados de agosto, los migrantes más activos solicitaron una reunión con la próxima mandataria, pero la respuesta a su petición tardó casi un mes.
Cuando Libia se reunió con representantes de la comunidad guanajuatense en los Estados Unidos, estaba a punto de iniciar el debate de la iniciativa de reforma a la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo, en el Pleno del Congreso. Ahí se consumó la liquidación de la Secretaría del Migrante y la creación de la Secretaría de Derechos Humanos.
Los migrantes se sintieron burlados, por ese hecho y también por la incorporación de personas de la comunidad, sin mucha idea de lo que se discutía, pero aleccionados para respaldar en todo a García Muñoz Ledo y darle el voto de confianza a sus decisiones.
La cartera que hoy desaparece ya había levantado fuerte polémica por la designación de un secretario como Juan Hernández, advenedizo al tema migratorio en Guanajuato y político con fama de oportunista en ambos lados de la frontera. Los migrantes más activos le hicieron el vacío y Hernández terminó vegetando, viendo disminuir sus presupuestos cada año hasta terminar en la mitad del saldo inicial y siendo el mayor causante de la comprometida situación que lleva al cierre de la dependencia.
Al iniciar su política en materia migratoria con un desaire a los liderazgos guanajuatenses en el extranjero, no solo de Estados Unidos sino también de Canadá, lo que Libia está planteando es un conflicto y no un relanzamiento o “evolución” como ha querido componer. Se trata de una decisión mal calibrada, nunca consultada y a todas luces equivocada.
Hay quienes aseguran que la reforma judicial de AMLO será la peor complicación en el arranque de Claudia Sheinbaum y sin duda tienen mucha razón. Lo lamentable, en el caso de Guanajuato, es que el tropezón inicial de la próxima mandataria no se lo está aplicando su antecesor, sino que surge de su propio equipo de transición.
¿Qué necesidad?
3.- Aldo Márquez perfila un liderazgo débil y provisional
El anuncio de la cancelación de la jefatura de gabinete del gobierno de Diego Sinhue por parte de la gobernadora electa Libia García, marcó una ruta de despegue que no hará, sino aumentar en los próximos meses hasta convertirse en una ruptura total.
Las apuestas sobre el equipo que se anunciará el próximo martes coinciden en que Juan Carlos Alcántara Montoya no solo verá desaparecer la poderosa dependencia que construyó, sino que no tendrá oportunidad de desempeñar ningún otro puesto, pese a la insistente campaña desplegada por su jefe para intercambiar el apoyo otorgado a Libia por un salvoconducto para el famoso Charly.
La aceptación de la candidatura de unidad de Aldo Márquez Becerra para ocupar la presidencia estatal del PAN fue considerada por Libia como pago suficiente a la solidaridad del dieguismo con su campaña, englobando en ello las acciones de gobierno y los recursos de campaña.
Esa situación dibuja un futuro comprometido para el diputado local, que lo primero que deberá hacer es pedir licencia y dejar a su suplente en la curul. Su ascendiente con el resto de los diputados empezará a disminuir en la medida en que Jorge Espadas, un correoso operador político que sabe usar la técnica del pan y el palo, avance en el control de lealtades.
No será difícil. El panismo de Guanajuato es ya una copia fiel del priismo clásico y las diputadas y diputados de la bancada no tendrán dificultad alguna en gritar, más temprano que tarde, “el rey ha muerto, viva el rey”.
Los comités municipales que todavía fueron operados por Juan Carlos Alcántara a través de los alcaldes para respaldar a Aldo, irán abandonando esa senda una vez que el nuevo Secretario de Gobierno, Jorge Jiménez Lona, de modos más diplomáticos que los de Espada, comience a desenvolverse.
Aldo Márquez deberá afrontar por su cuenta, quizá solo con la ayuda de Juana de la Cruz Martínez, el embate legal del ala derecha del partido que considera su llegada como un avasallamiento por parte de un gobernador que ya se va.
Por cierto, deja mucho que desear el hecho de que el comité estatal siga dependiendo de Eduardo López Mares, pues muy seguido se ve a la secretaria general en funciones de presidenta, Estrella Ortiz, entrar al edificio del Consejo de la Judicatura, en Pozuelos, acompañada de Emanuel Barrientos, su secretario adjunto, en lo que resulta un rotundo desmentido de la campaña del presidente Héctor Tinajero en defensa de la independencia del Poder Judicial.
Con problemas heredados y otros nuevos, el futuro del PAN en Guanajuato se aprecia complicado, por decir lo menos.
Arnoldo Cuéllar Ornelas
@arnoldocuellaro
Periodista, analista político. Fundador del Laboratorio de Periodismo y Opinión Pública, medio digital y asociación civil.
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