ESTA PROHIBIDA LA “TARJETA ROSA”, HAY QUE DENUNCIARLO, EL VOTO TIENE QUE SER LIBRE


ESTÁ PROHIBIDA LA “TARJETA ROSA”, HAY QUE DENUNCIARLO, EL VOTO TIENE QUE SER LIBRE

En medio de la jornada electoral, surge un tema que debe abordarse con urgencia: la indebida influencia en el voto a través de prácticas ilegales. En este sentido, es vital elevar la voz y denunciar cualquier acto que coarte la libertad del sufragio, un derecho fundamental en toda democracia.

El gobierno actual ha puesto énfasis en la penalización del fraude electoral, las dádivas y el clientelismo político. Sin embargo, en varios estados del país, particularmente en Guanajuato, se han recibido numerosas quejas sobre la distribución de la llamada «tarjeta Rosa», un supuesto apoyo para mujeres en situación de vulnerabilidad.

Esta tarjeta, otorgada por el gobierno estatal, ofrece sumas que van desde los 9000 hasta los 12,000 pesos, según la región. Su distribución se realiza durante la jornada electoral, lo que suscita preocupaciones sobre su verdadero propósito: ¿es una forma de condicionar el voto de las beneficiarias?

La entrega de estas tarjetas está acompañada de un evidente control, con listas y requisitos que incluyen la presentación de credenciales de elector. Ciudadanos han denunciado incluso haber sido amenazados y agredidos al cuestionar este proceso, en un contexto ya marcado por altos índices de inseguridad en la región.

La práctica de coaccionar el voto mediante dádivas, como lo señalan diversos medios, es inaceptable. No solo socava la integridad del proceso electoral, sino que también perpetúa un sistema antidemocrático que históricamente ha vulnerado los derechos de los ciudadanos.

Es imperativo que las autoridades competentes investiguen estos casos y tomen medidas para garantizar la libre expresión del voto. La Constitución y la ley prohíben explícitamente estas prácticas, y es responsabilidad de todos velar por su cumplimiento.

El voto debe ser libre, sin coerción ni influencias indebidas. Solo así podremos asegurar elecciones limpias y justas, donde cada ciudadano pueda ejercer su derecho democrático con plena autonomía.

Recordemos que la credencial de elector es un instrumento poderoso en manos del pueblo, y su uso debe ser protegido como un pilar fundamental de la democracia. No permitamos que el fraude obstaculice el progreso de nuestro país. Es momento de alzar la voz y exigir elecciones transparentes y verdaderamente democráticas.

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